«Dios lo oiga –dijo Sancho–, y el pecado sea sordo, que siempre he oído decir que más vale buena esperanza que ruin posesión». Pues que Dios le oiga, señor Guindos, y que en 2014 aumente el empleo más de lo esperado. Al comenzar el año se observa un esfuerzo por recuperar la confianza -clave del éxito- por parte del Gobierno y el mundo del dinero, que contrasta con la lógica desconfianza de la gente, escamada y esquilmada por la larga crisis y los duros ajustes. Desde la oposición y sus terminales se alienta la desconfianza pensando en las urnas. Esta pugna, que se refleja en los sondeos, es una de las características del momento. Al personal le cuesta fiarse de promesas y por tanto arrancamos el año con dudas y recelos. Sin embargo, a mí me ha parecido ver en este final de año un cambio de signo en la psicología popular: más alegría en la calle, en las tiendas, en las felicitaciones navideñas y en la televisión, como si la gente barruntara el final de la pesadilla, como si asistiéramos a un final de guerra. Contrasta, en todo caso, entre las preocupaciones de los españoles, la importancia que le dan a la salida de la crisis frente a la indiferencia general de los mismos ante la situación catalana, que tanto preocupa a la clase dirigente.

Dicho, esto, tomo la bola de cristal, y aventuro mis pronósticos para el año nuevo:

1.-Subirá la Bolsa y bajará el paro. 2.-En las elecciones europeas, con baja participación, sufrirán castigo populares y socialistas, pero menos de lo previsto. 3.- No acabará formalmente procesada la Infanta Cristina. 4.- El Rey, sin muletas ni bastón, mejorará su imagen en la opinión pública. 5.- El presidente Rajoy hará un amplio reajuste de Gobierno para recuperar el tiempo perdido: el cambio de ciclo exige cambio de personas. No es lo mismo subir la cuesta que bajarla, etcétera. 6.- Rubalcaba pasará a la reserva en el PSOE 7.-No habrá referéndum soberanista en Cataluña. 8.- ETA iniciará públicamente el proceso de disolución y entrega de las armas. 9.- Un importante medio de comunicación se derrumbará estrepitosamente. 10.- Esta vez España no ganará el campeonato mundial de fútbol.