Atlético de Madrid
La clave está en San Oblak
Ken Follet es galés, como el mítico futbolista Ryan Giggs y la cantante Shirley Bassey, como «Gales» Bale, y todos, de Cardiff. El autor de «Los pilares de la Tierra» escribió años antes «La clave está en Rebeca», novela de espías y aventuras. Atrapa ese relato de ficción como, inesperadamente, la devolución de visita del Bayer al Atlético. Llegaba el Leverkusen con un lastre terrible, un 2-4 lapidario que, de no ser por el revolcón del Barça al PSG, no admitiría réplicas ni ensoñaciones. No iba a permitirlo el Atleti, dos veces subcampeón de Europa en los últimos cuatro años, e incrustado entre los ocho mejores del continente, un hábito. Eliminado de Copa y demasiado lejos del título de Liga, la Champions es su territorio y la capital galesa, su objetivo, su obsesión, la clave, como Oblak.
Con el Atlético, Follet podría escribir un «thriller». Garantiza el suspense. Y Bassey, cantarle como en «Goldfinger» o «Moonraker». Entretiene como James Bond. Con un marcador tan favorable como el de la ida, es capaz de proveer de emoción un trámite. También colaboró el Bayer, que no tenía nada que perder, compitió sin presión y en algunas secuencias hasta resultó vistoso. Lo mejor lo tiene atrás, en la portería, con Leno, que, con dos paradas, una a Correa y otra a Koke, mantuvo el 0-0 frente a un rival que se dejaba mecer peligrosamente. Para llegar a Cardiff, Simeone necesita más contundencia arriba y más fiabilidad en ese esquema defensivo antes infranqueable. Le llegan fácil a san Oblak, providencial, inconmensurable.
Ocurren los cortocircuitos también con Gabi, más necesario que Thomas, en fase de formación. Pero está en cuartos de final, un año más dispuesto para la gran cita. Y con Torres, el indiscutible reclamo emocional, al acecho... Del Sevilla, por ahora.
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