María José Navarro

La gracia

Contemplo con alborozo la ola de solidaridad y cariño que ha despertado Del Nido y su situación procesal y adivino que se abre una vía de esperanza para el mundo. Como saben, el ex presidente sevillista ha sido condenado a siete años de cárcel por el «caso Minutas» aunque no hay nada que no pueda remediar esa gracia rancia y caprichosa que se llama indulto y que puede administrar el Gobierno según le plazca sin tener que dar demasiadas explicaciones. A la petición del propio interesado se han sumado un montón de presidentes de clubes de fútbol de primera división, convencidos todos de que Don José María está rehabilitado y reinsertado, Y convencidos además de que, como poder fáctico que son, pueden pedir excepciones a la norma. Si las han conseguido en materia fiscal y tributaria, por qué no lograrlas también a la hora de penar por los delitos cometidos. Si además se libraran de ir a prisión Ortega Cano y Matas, nadie nos dice que no pudiéramos beneficiarnos todos aquellos que tenemos previsto delinquir. Servidora, por ejemplo, tiene planes de tangar los botes de mermelada de naranja amarga Hero que ponen en el desayuno de una cadena de hoteles bien maja. Eso no contaría demasiado porque estamos hablando de un indultillo, es decir, que aún me quedaría un porcentaje de perdón que se me podría aplicar a favor en el siguiente palo que pegue. Ya puestos, no estaría mal ofertar indultos. Un dos por uno en la cuesta de Enero y por cada tres, publipunto.es te regala un detector de radares. Y por cierto, ¿por qué, además del indulto, no piden para Del Nido un peluquín? O una cama Restford, ¿no?