Elecciones generales
La oferta del PP
Objetivo de Rajoy: reconquistar a los votantes que desde 2011 lo han ido abandonando. ¿Cómo? Este es el quid. «Los españoles desean cambiar, pero, en realidad, el cambio se lo está dando el PP cada día», advierte uno de los monclovitas del Comité de Campaña, constituido oficialmente ayer lunes, que dirige Jorge Moragas. Visto de modo más concreto, continúa su argumento el estratega político: ¿acaso España no destruía empleo en 2011? 3,5 millones de puestos se perdieron en la última legislatura del PSOE. Hoy, tras las reformas del Gobierno, y pese a que cualquier ministro económico reconoce lo que queda por hacer, se crean casi 500.000 nuevos empleos al año. Ya se ha empezado a vencer el paro, principal enemigo de este periodo. Hechos.
¿Recuerda lo agobiante que era en 2011 dar un paseo y ver un rosario de carteles en las calles de «cierre de negocio»? Cientos de miles de empresas se fueron al garete desde 2008. Hoy la situación es distinta. Se nota que abren nuevos negocios, bares antes vacíos se van llenando, el viajero español vuelve a los espacios que habían quedado reservados exclusivamente a los extranjeros de visita por España... La actividad crece con la ilusión de las familias, que observan el futuro con más optimismo. Realidades.
Echemos otro momento la vista atrás para pensar cómo estábamos, cómo nos iban las cosas (llamémoslas así) del «comer». Porque la crisis no tiene que explicárnosla ningún político o analista, la hemos sentido cada uno. Ahora comparémoslo con lo que tenemos delante y con lo que pensamos que viene: ese es el proyecto de futuro de Mariano Rajoy, el cambio progresivo de España sin embarcarse en inventos raros.
Quienes vean el vaso medio lleno apostarán, seguro, por dejarle que acabe su trabajo. Y los que consideren que es un político distante, hasta antipático, y crean que esto es lo más importante que se decide el 20-D, mirarán otros perfiles con mayor «talante» como Pedro Sanchez, Albert Rivera o, incluso, Pablo Iglesias.
De lo que no cabe duda es que el presidente Rajoy ha decidido ponerse el traje de candidato. Tiene dos meses para convencer a los agnósticos. De aquí al 20 de diciembre no puede haber errores. Ni suyos ni de sus acompañantes. Pincharon en hueso quienes le aconsejaron esconderse y dar protagonismo a mandatarios menos gastados por la gestión de la crisis: «Rajoy for President».
Vamos a asistir, por parte del PP –se apunta desde Génova 13–, a su campaña electoral más presidencialista. Mariano Rajoy es el protagonista. Lógicamente, los demás «le acompañan» en las elecciones: «Se eligen diputados y senadores por todo el país, pero la gente quiere votar al presidente», enfatiza un VIP popular.
En definitiva, la oferta del Partido Popular a los españoles es precisamente la «seguridad» de Mariano Rajoy, según el prisma genovés: la ventaja de lo ya testado frente a unos productos envueltos en vistosos papeles pero que no se sabe bien lo que tienen dentro. «Hechos y realidades contra experimentos», concluye.
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