Bildu
La tristeza de Otegui
El pasado viernes, Arnaldo Otegui, candidato a lendakari de Bildu, dio su primera rueda de prensa oficial en Bilbao. Digo oficial porque con las oficiosas lleva mucho tiempo. No ha parado desde el uno de marzo: desde que salió de la cárcel de Logroño donde cumplió seis años de condena por pertenecer a ETA. Cuatro días después, en Anoeta, ya empezó a declarar. Algo necesario para echar una mano a Bildu, que estaba en caída libre tras las últimas convocatorias electorales.
De nada ha servido que esté inhabilitado para ejercer cualquier cargo público hasta 2021. El partido vasco –que debe su existencia a una sentencia del Tribunal Constitucional– no tiene un candidato a la altura de su ideología, y solo ve en el terrorista de Elgóibar al líder que puede recuperar los votos perdidos a manos de Podemos o de la abstención.
Su nueva imagen –el estilismo abertzale sigue siendo el mismo– ha venido acompañada, tras sus vacaciones en la Bretaña francesa, de visitas a Cataluña, para entrevistarse con los líderes de ERC y la CUP, y así devolverles sus visitas a la cárcel. Próximamente hará a un viaje a Dublín para participar en la convención del Sinn Féin, el brazo político del IRA. Toda una precampaña de cara a las autonómicas vascas de este año. Lo que ya me está chocando más es su discurso. Me explico.
Desde que salió de prisión, viene Otegui diciendo que está sorprendido por la «crispación» que ve en la sociedad española y por la «agresividad política, que va en aumento». Resulta pasmoso que venda victimismo quien ha estado condenado por pertenencia a una organización terrorista. Pero llama más la atención que ese discurso se prolongue en el tiempo –desde Anoeta a Bilbao– y que resulte tan familiar a los que seguimos la campaña de Podemos a las últimas generales. ¿Razones? El último barómetro vasco daba al PNV 24 escaños, 18 a Podemos, 15 a Bildu (antes tenía 21), 9 al PSOE (16) y 8 al PP (10). Como a Bildu no le va a resultar tan fácil vender esta nueva imagen de víctimas a los votantes vascos... ¿Se imaginan la coalición con Podemos para ir más contentos y llenos de paz a las autonómicas? El caso es ya están hablando. Y tiene lógica: mejorarían los resultados. Y ya tendríamos otro lío. Uno más. Pues eso.
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