Iñaki Zaragüeta

Las sombras de José Blanco

Mala pinta tiene lo que rodea a nivel judicial a quien fuera una de las personas más influyentes y poderosas de España durante los siete años de Gobierno de Zapatero. Me refiero a José Blanco, número dos de todo en aquella hégira socialista. Tanto, que lo de menos va a ser la desastrosa política ejecutada. Lo peor para él, para su imagen y para el recuerdo se perfila en las escalinatas de los Palacios de Justicia, que no dan abasto para ocuparse de los asuntos que le afectan. Desde el informe que la Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal ha entregado al Tribunal Supremo sobre el desfase existente –230.000 euros de vellón– en torno a la venta del inmueble en Las Rozas (Madrid), hasta su inmersión en el «caso Campeón», en el que la misma UDEF le atribuye tratar de agilizar las licencias de una nave que el presidente de Azkar quería construir en Sant Boi de Llobregat y cuyo vicepresidente, José Antonio Orozco, era amigo de la infancia.

Por no hablar de aquel al que facilitó el acceso a La Moncloa y al que se le otorgaron unas cuantas adjudicaciones o de las triquiñuelas sobre el ático en Arosa en Galicia, situado a pie de playa, a 20 metros de la costa, sin que afectara a la Ley de Costas como a infinidad de ciudadanos y constructores. Lo mejor sobre ello fue responsabilizar al PP, a pesar de que los socialistas gobernaban entonces. Demasiados nubarrones sobre quien se distinguió en su momento como azote permanente de Rajoy y su partido, a los que quiso, junto con su norte y guía, expulsar de la contienda política nacional. Da la impresión de haberle llegado la hora. Así es la vida.