Paloma Pedrero

Los hijos de hoy

La Razón
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Es ley de vida engendrar, criar, educar, todo muy costoso, y que a partir de la adolescencia ellos quieran volar, estar contigo sólo cuando necesitan del nido. Pero algo ha cambiado por aquí. En generaciones anteriores, los padres nos dejaban muy clarito quién mandaba en casa, quién decidía mientras mantenía, quién era más sabio por edad y circunstancias. El respeto estaba inculcado y a ningún crío, salvo patología, se le ocurría gritar, retar, cuestionar o tratar de tú a tú a sus progenitores. Normalmente, pasada la adolescencia dejaban de aborrecerlos y todo volvía a la cordialidad, sabiendo que tendrían que buscarse las judías lo antes posible. Ley de vida también. A los hijos de hoy los hemos educado de otra manera. Y no sólo los padres, también la escuela y la tribu, nítidamente reflejada en la televisión. Los hijos de hoy son los reyes de la casa, se conocen sus derechos legales desde los cuatro años, comen jamón ibérico desde que tienen dientes, se les pide opinión para casi todos los asuntos importantes, se los llena de máquinas para que no molesten y, muchas veces, ante su ferocidad nos amedrentan.

Estos hijos de hoy saben muy bien utilizar la culpa que sentimos los padres estresados, desmoronados y sin tiempo para transmitir valores, mensajes bellos sobre la vida, sobre los otros, sobre la responsabilidad. Esta tribu histérica, con políticos y modelos impresentables, no da a los niños alas para altos vuelos humanistas. Con todo esto, la adolescencia se hace larguísima y áspera. Por eso, hoy algunos padres, y más aún las madres que han renunciado a mucho, dudan de si mereció la pena tener hijos. Algo para reflexionar. Lo haré en la próxima.