César Lumbreras
Marruecos
Las relaciones con Marruecos atraviesan por un buen momento, justo cuando se está preparando un Viaje de Estado de los Reyes españoles al vecino del sur para el próximo mes de noviembre y cuando va a cambiar el embajador de este país, que pasará a ser embajadora. Tres son los ejes importantes sobre los giran las relaciones entre España y Marruecos: la lucha contra el terrorismo, la inmigración y la persecución de los que se podrían llamar los tráficos ilícitos, como las drogas. Desgraciadamente, el primero de esos tres ejes ha vuelto al primer plano de la actualidad tras las acciones terroristas en Cataluña, debido a la procedencia del imán en cuestión y el origen de los acusados. La colaboración que presta el Gobierno de Rabat en este asunto tan sensible es capital para los intereses españoles y las relaciones muy fluidas, según dicen los que están al tanto de lo que ocurre entre bastidores. En el capítulo del control de la inmigración sucede otro tanto, lo que no quiere decir que de vez en cuando los marroquíes quieran mandar un «recadito» y aflojen la vigilancia sobre los subsaharianos que se concentran en campamentos cerca de Ceuta y Melilla, y se produzcan asaltos a las vallas o entradas a la carrera por los puestos fronterizos. En lo que respecta a la lucha contra el tráfico de drogas, la colaboración es buena, lo que no significa que no se pueda mejorar. Esos tres puntos son claves para España, el Gobierno de Rabat lo sabe y, qué duda cabe, lo utiliza en su propio beneficio y en función de sus intereses. Ellos son conscientes de nuestra dependencia, de que tenemos deudas y, de vez en cuando, pasan las facturas correspondientes. Potenciar las buenas relaciones, aunque a algunos los pueda pesar, es la tarea principal que tiene la nueva embajadora, curiosamente hermana del anterior embajador, ambos hijos de madre española y bien conectados con el monarca marroquí. Por la cuenta que nos trae y, aunque pueda disgustar a otros, no nos queda más remedio que compartir este objetivo y llevarnos bien con Marruecos.
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