César Lumbreras

Más margen de los estados

La Comisión Europea (CE) aprobó la semana pasada un total de diez reglamentos de aplicación de la nueva PAC, por los que se desarrolla el acuerdo alcanzado en su día por el Consejo de Ministros y el Parlamento, que ahora deben dar su visto bueno a estos nuevos textos. En ellos se recogen una serie de normas detalladas sobre el reverdecimiento (de su cumplimiento dependerá recibir el 30 por ciento del importe de las ayudas) hasta la regulación del almacenamiento privado y la intervención, pasando por los programas de apoyo al vino o las ayudas al desarrollo rural.

De su lectura hay que extraer una conclusión clara: sigue aumentado el margen de maniobra de los estados miembros a la hora de aplicar la nueva política agraria común, lo que significa que continuamos con el proceso de renacionalización encubierta de esta política. Y eso, que en apariencia parece bueno para que los estados adapten la normativa comunitaria a la realidad de su campo, es malo, porque se está poniendo el germen de la destrucción de la PAC a medio plazo.

Por otro lado, la Comisión Eurpea presentó la semana pasada un informe muy crítico sobre los resultados de la reforma de la Organización Común de Mercados (OCM) de Frutas y Hortalizas de 2007. Dicen los expertos de Bruselas que el nivel de organización de los productores de este sector sigue siendo bajo en muchos estados miembros y nulo en algunos de ellos.

A nivel comunitario el porcentaje medio era en 2012 del 44 por ciento, lo que significa que más de la mitad de ellos no pertenecen a ninguna organización y no se benefician directamente de las ayudas previstas en la normativa comunitaria. El órgano presidido por José Manuel Durão Barroso sugiere que se arreglen esta y otra serie de deficiencias estructurales, aunque ha pasado la «patata caliente» al nuevo Colegio de Comisarios.