Paloma Pedrero

Mujeres bisexuales

Me quedo asombrada ante un reciente estudio publicado en Reino Unido. No podía imaginarme semejante involución mental en Europa. Parece ser que las mujeres bisexuales sufren más problemas de salud mental que las lesbianas por el rechazo social que soportan. "Las mujeres bisexuales sufren la bifobia. Si las mujeres lesbianas son un grupo bastante invisibilizado dentro de colectivo homosexual (la homosexualidad tiene rostro de hombre) las mujeres bisexuales son las invisibles de las invisibles". Es decir, que no son aceptadas ni por los hetero ni por los homos. Se las tacha de mujeres insaciables sexualmente a las que les gusta y tienen relaciones con cualquiera. ¿Putas, quieren decir? Y yo me pregunto, ¿no será miedo? ¿Miedo atroz de todos los estrechos mentales a un tipo de mujer capaz de enamorarse de personas sea cual sea su género? ¿Miedo a una nueva visión y práctica de lo que debería ser una sociedad libre, respetuosa con todos los sentires, amable con los pacíficos? Ay, me dan ganas de hacer un “quejío” infinito ante tanta mediocridad moral e intelectual. Para mí ser bisexual, poder enamorarte de hombre o mujer, es un don que la naturaleza y la razón da a los elegidos. A aquellos que no discriminan por razón de sexo. A aquellos seres sin prejuicios ni tabúes que son capaces de romper ataduras y mirar con ingenuidad al otro. Muchas veces, cuando hablo con mis amigas ya maduras y solas, lamentamos no tener esa suerte. La suerte de poder enamorarnos de mujeres a las que admiramos y con las que, sabemos, tendríamos un excelente viaje en común. Según ese estudio estamos muy lejos de todo eso. Lejos porque seguimos necios y agresivos ante la diferencia. Porque nos aterra lo desconocido. Aunque sea enormemente mejor.