Rosetta Forner
Niñas muñecas
Esta sociedad tan «políticamente correcta» y tan anestesiada psicológicamente, se ha escandalizado, en lugar de ponerse a reflexionar, ante las palabras de este juez que ha puesto el dedo en la llaga. No es que las niñas sean «putas», simplemente han adoptado comportamientos nada apropiados para su edad
¿Por qué sucede esto? Las variables causantes de este comportamiento anormal son diversas y muy complejas. Los niños necesitan unos padres que les eduquen en valores y les enseñen a cuidar de sí mismos. Actualmente, se ha perdido el pudor, la sexualidad se ha banalizado, el valor de la persona ha bajado enteros, y el que se viva la vida acorde a valores tradicionales, como poco, es tachado de «demodé» cuando no de «facha».
Cualquier niña, si carece de modelos psicológicos asertivos, tanto a nivel de madre como de padre, puede derivar en conductas impropias de su edad. Las madres son el referente femenino decisivo para las hijas, dependiendo de cómo aquellas asuman y ejerzan su rol de madres y cuiden psicológica, espiritual y emocionalmente de sus hijas, así éstas crecerán sabiendo o no cuidar de sí mismas, o lo que es lo mismo, poniendo límites o exhibiendo su intimidad sin pudor.
La liberación de la mujer ha sido una encerrona. Libertad va unido a responsabilidad: la persona libre sabe cuidar de sí misma y no «sale de casa sin haberse tomado cuarto y mitad de dignidad». No discrepo del juez, salvo que yo lo hubiese expresado de manera que no se malinterpretasen mis palabras y calase el mensaje. La falta de pudor ha convertido a las niñas en objetos, o sea, en muñecas rotas.
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