Cástor Díaz Barrado
Opciones para Brasil
Por primera vez, en los últimos años, cabe la posibilidad de que el Partido de los Trabajadores pierda las elecciones en Brasil. La sociedad brasileña ha sufrido hondas transformaciones y se avecinan cambios sobresalientes no sólo en Brasil sino en toda la región latinoamericana. Aunque las encuestas apuntan a un empate técnico es muy posible que la presidenta Dilma Rousseff renueve su mandato, pero no se puede negar que Aecio Neves tiene serias posibilidades de hacerse con el poder en el país de mayores dimensiones de Suramérica. El triunfo de una u otra opción no sólo tiene consecuencias en el funcionamiento interno del país carioca sino que, también, reflejaría posiciones y nuevas alianzas en el plano internacional. Las cuestiones internacionales forman parte de la política interna y, cada vez, condicionan más el devenir de los países. No sólo Europa sino, también, América se ve inmersa en esquemas de integración que, con el tiempo, deben llevar, inexorablemente, al debilitamiento de los países americanos y, en particular, en lo que respecta en el área latinoamericana. Las posiciones de los dos candidatos a la presidencia brasileña también son diferentes en estos ámbitos y el triunfo, de uno u otro, podría producir cambios muy significativos en la región latinoamericana. El liderazgo de Brasil en el área latinoamericana y, en concreto, en la región suramericana está en entredicho y los equilibrios entre los diversos países que conforman la realidad latinoamericana y caribeña están cambiando de manera acelerada. El futuro de Brasil, en su faceta exterior, está en juego con estas elecciones y las relaciones con Unión Europea serían diferentes en función de quien ostente el poder a partir del próximo 26 de octubre. Pero, también, las relaciones entre Brasil y buena parte de los países latinoamericanos serían distintas de una u otra forma. Es un momento de profundos cambios en Brasil y, en realidad, la voluntad de los brasileños que se expresa en posiciones con elementos muy antagónicos en las cuestiones internas, también, se deja sentir cuando se trata de los asuntos de carácter internacional. El nacionalismo brasileño, junto con el nacionalismo de la mayoría de los países latinoamericanos, ha impedido, hasta ahora, que la integración en América Latina no sea una plena realidad. El resultado de las elecciones en Brasil nos va a proporcionar el marco y la dirección en las que se desarrollarán la política exterior brasileña. Sin duda, la combinación de las dos posiciones que expresan Rousseff y Neves sería, a pesar de sus dificultades, la mejor solución.
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