Política

Ely del Valle

Oscurantismo

La Razón
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Pedro y Pablo, apóstoles del cambio, cenaron juntos. Fue una cita a ciegas, «informal y reservada», tras la cual Podemos emitió una nota de gran interés para la ciudadanía en la que se explicaba que ambos líderes intercambiaron opiniones sobre «las finales de la NBA, así como sus recuerdos de los partidos del Estudiantes en los años 80». Hay otra fuente que ha revelado detalles del menú: pescado para Iglesias, tortilla francesa para Sánchez y ensalada para compartir. La identidad de esta fuente permanece, como es lógico, en el más absoluto de los secretos, y no se descarta que tras filtrar esta información de evidente trascendencia política se le haya incluido en un programa de protección de testigos ante el temor de que pueda aparecer colgado por los pulgares.

Sin embargo, y a pesar de esta avalancha de datos, hay todavía muchas incógnitas sobre esta reunión que mantiene al país en vilo: desconocemos, por ejemplo, si el pescado de Pablo fue una sardina o un rodaballo, y si se lo sirvieron a la plancha o al horno; tampoco ha trascendido si la tortilla de Pedro fue de un huevo o de dos, aunque el hecho de que fuera francesa y no española ya está siendo motivo de encendidos debates. Pedro y Pablo presumen de cambio pero lo cierto es que nos están hurtando información vital como la de saber quién pagó la factura de semejante menú, que seguramente ha supuesto un jarro de agua fría para el gremio de hosteleros, que ya empieza a añorar los tiempos en los que el marisco protagonizaba cenas sindicalistas y los líderes se ponían morados de foie. Más allá de conocer que Pedro y Pablo tienen la asombrosa capacidad de recordar partidos de baloncesto ¡de cuando estaban en la EGB!, los españoles tenemos derecho a saber. Así que ya están tardando en dar más detalles, aunque sea el de si la ensalada llevaba atún.