Caso Neymar
«Paisa, vendo barato»
Después de la dimisión de Sandro Rosell, de las peticiones de cárcel para él (siete años y medio) y para Bartomeu (dos años y tres meses) por delitos fiscales y societarios; después de que los Neymar aparezcan ante la opinión pública como los Bonanno de Gay Talese, de que entre palas, picos y azadones (oscuros contratos, multas y más multas) la adquisición de «Ney» alcanzara cifras récord (158,3 millones) y de que el club asuma por voluntad de sus gestores un delito fiscal que lleva implícita una sanción de 5,5 millones, la vicepresidenta y responsable del área económica del Barça, Susana Monje, concluye que el fichaje del astro brasileño ha costado ¡19,3 millones de euros!, cantidad que de no ser por la denuncia del «soci» Jordi Cases serían los «57,3 millones, ni un céntimo más» que confesó Rosell antes de tomar las de Villadiego. ¿Tanto lío por 19,3 millones? ¿Neymar más barato que Chygrynskiy? Ingeniería financiera: ¿genialidad o patraña?
«Nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira»... Ay, Campoamor, aquí no cuela porque tanto da que la operación fuera cerrada en la Medina de Casablanca, al grito de «¡vendo barato, paisa, vendo barato!», o en algún garito de São Paulo. Neymar es un jugador extraordinario, de esos que marcan la diferencia, y ha costado un ojo de la cara, diga lo que diga Monje. Es la realidad, como Asensio, irrupción estelar en la pretemporada blanca sobre la pasividad de pretenciosos titulares. Su aparición coincide con el prolongado desencanto de Isco, la actitud funcionarial de James y el traspaso a punto de cristalizar de Pogba al United, con lo que el Real Madrid, muy a pesar de Zidane, se ha quitado un peso de encima.
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