Manuel Coma
Perspectivas alemanas
Las elecciones alemanas tienen un indudable elemento de intriga, porque las encuestas comenzaron dando una muy confortable ventaja a los cristianodemócratas, que adelgazó a medida que se acercaba el momento de la votación. Por otro lado, las elecciones regionales, que ningún año faltan, le dan algunos vapuleos a la coalición gobernante, pero en las generales sus perspectivas mejoran notablemente y la popularidad personal de la canciller no se ve empañada. El electorado alemán ha cambiado. La participación está bajando hasta en torno al 70%. La fidelidad a los partidos disminuye y el número de los que deciden a última hora ha aumentado hasta niveles insólitos. Ese incremento de las variables vuelve locas a las empresas de demoscopia. Y las peculiaridades de la ley electoral complican sus predicciones.
En el actual ciclo se prevé un récord de partidos con representación parlamentaria, llegando posiblemente hasta seis. Una incógnita es el nuevo partido Alternativa para Alemania, enemigo del mismo euro, que en las encuestas más recientes roza el 5%, mínimo que se exige para conseguir representación parlamentaria. Incógnita mucho más importante es la de los liberales, cuya coalición con los cristianodemócratas le ha dado el poder a Angela Merkel en los últimos cuatro años y que de superar el listón les permitiría a ambos seguir gobernando conjuntamente en un tercer mandato de la que se considera mujer más poderosa del mundo. En las recientes elecciones del «Land» bávaro se han quedado en el 3'5%. El curioso sistema electoral alemán le concede dos votos a cada elector, uno por un candidato, el otro por un partido. Esto ha llevado a los liberales a pedir a los cristianodemócratas que le «presten» el voto partidario, que es el que cuenta para medir porcentajes, pero en esta ocasión tanto el líder bávaro como la misma Merkel han dado consignas tajantes: nada de préstamos para reflotar a un socio menor. En enero lo hicieron en Baja Sajonia sin que les sirviera de nada, así que ahora no están para generosidades. En aquella ocasión, como en otras, se hicieron con el poder los socialdemócratas, con su socio habitual, los verdes. Estos, demasiado socialistas para el centro izquierda, están ahora en retroceso, pero no se espera que caigan por debajo del 5%. Les ha perjudicado un viejo posicionamiento de uno de sus candidatos a favor de la despenalización de la pederastia sin violencia. La Izquierda, ex comunista, también se espera que entre en el Bundestag, pero es tabú por sus antecedentes. Sin los liberales, la posibilidad que queda es la gran coalición, para la que los dos grandes se preparan.
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