Gonzalo Alonso
Peticiones para los Reyes Magos
Ayer pasaron por muchas casas Sus Majestades. ¿Habrán concedido las peticiones que les hicimos llegar? Lo iremos viendo. He aquí algunas de las solicitudes que recibieron de quienes nos ocupamos de la música clásica en este diario.
Que Jonas Kaufmann se recupere definitivamente de su hematoma en una cuerda vocal, ayudando con un cambio en la emisión.
Que no se permita que orquestas como la de la Comunidad Valenciana pierdan calidad.
Que vengan a dirigir ópera Kirill Petrenko y Christian Thieleman
Que quienes fueron grandes figuras del pasado reciente e incluso no tan reciente se retiren definitivamente de los escenarios operísticos y dejen de engañar con partituras transportadas.
Que se restablezcan los Premios Líricos Campoamor, con ese u otro nombre.
Que se solucionen definitivamente y sin parches mendicantes las situaciones económicas de la ROS, del Villamarta, de la temporada de los Amigos de la ópera de A Coruña, etc.
Que las empresas se den cuenta que no pueden llevar al Teatro Real todos sus patrocinios, que a veces vale más ser cabeza de ratón que cola de león y que, con el mismo presupuesto, podría beneficiar más a su imagen una presencia casi exclusiva en instituciones más pequeñas y necesitadas: como Ibermúsica, la Fundación Più Mosso, etc.
Que se acabe de una vez con la mal entendida y peor aplicada ley de buenas prácticas para cubrir ciertas plazas a base de concursos faltos de criterio en sus bases e incluso amañados. Canarias, Alicante, Valencia, Sevilla, etc. son ejemplos a evitar.
Que, al fin, los partidos políticos se pongan de acuerdo para firmar un pacto educativo que incluya, para la Música en particular, planes específicos para enseñar a niños y jóvenes a escuchar música y así permitir una continuidad de público en las salas.
Que no haya ni un solo recorte presupuestario más en ninguna institución musical pública española y que baje el IVA cultural.
Que los anunciantes en la prensa musical se den cuenta de una vez que algunos medios en webs tienen mucha mayor difusión que otros en papel.
Que algunos de esos medios en web o papel dejen de chantajear económicamente a los artistas con portadas, reseñas o entrevistas pagadas e incluso con cuotas de mantenimiento para cuidar carreras.
Que llegue la inspiración a los programadores de conciertos para que den con el equilibrio justo entre clasicismo, recuperaciones y novedad y que las nuevas creaciones de los compositores españoles que van estrenándose tuvieran segundas, terceras y cuartas oportunidades de subirse a las tablas.
En fin, que la música, y en general cualquier manifestación artística, no fuera vista por la sociedad y por los distintos gobiernos como un adorno bonito en tiempos de bonanza, sino como una necesidad real de la conciencia del individuo mucho más allá del placer estético.
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