Que me los expliquen

En medio de un intenso debate ideológico sobre si le conviene virar a la izquierda o seguir siendo un partido populista, Podemos ha vuelto a insistir en su amenaza de retirar el apoyo a los presidentes autonómicos del PSOE a los que sostiene si los socialistas decide abstenerse en una posible sesión de investidura de Rajoy.

O sea, que si no lo entiendo mal, si el PP vuelve a hacerse con el gobierno, los de Iglesias, en venganza, facilitarían que los populares recuperen las comunidades donde fueron la fuerza más votada en 2015 y en la que no han podido gobernar porque ellos se lo han impedido. Que me lo expliquen, por favor, porque no se puede ser menos congruente.

Todavía no han dicho que harían si la abstención llegase acompañada además de un acuerdo sobre los Presupuestos . Llegado el caso, y siguiendo con su aplastante argumento de «para que se fastidie el capitán, no como rancho», deberían amenazar con volverse de derechas, y así, de paso resolvían de un plumazo la cuestión de si le pegan un brochazo rojo al morado de su logotipo, o continúan por el camino de la demagogia que tan buenos resultados les dio en su día. Existía la duda de si, tras su aterrizaje en las instituciones y el último varapalo electoral, Podemos habría madurado como partido político, pero no: sus cabezas visibles permanecen instaladas en el amago y el despropósito mientras se dedican a su pasatiempo favorito que no es otro que el de mirarse el ombligo y lanzar proclamas de perfecta construcción sintáctica. Ni les mueve otro objetivo que el rematar al PSOE, ni tienen ningún escrúpulo a la hora de intentar ponerle palos a una rueda, la de la gobernabilidad, que ya está bastante parada por sí misma. Por no tener, a estas alturas todavía no tienen ni ideología. Por lo visto la están buscando.