Rajoy a lo grande

Ahí lo tenemos. Rajoy sigue como presidente según sus previsiones, y pudo presentarse ayer ante la opinión pública con sus virtudes más conocidas. Tranquilidad, paciencia y conocimiento profundo de la política. Se ha cumplido un año cuando, tras el 20-D, predijo unos segundos comicios. Se repitieron, y 24 horas después del 26-J anunció que sería el presidente y así fue. Hoy se coincide en que conseguirá aprobar los Presupuestos de 2017. Con el PNV o con el PSOE. O con los dos. Más aún desde que se le «escapó» –¡cómo se le va a escapar!– animar a sus militantes de Torrejón a prepararse para las elecciones, una gallegada que convulsionó el escenario político y mediático nacional. El inquilino de La Moncloa, en opinión de mi amigo Rogelio, tiene en su cabeza retirarse después de obtener la mayoría absoluta por más dificultades que presente la amalgama de formaciones en el Congreso. Poco a poco, va salvando las dificultades y deshaciéndose de sus enemigos. Extraordinario fajador, luchador infatigable, activista sin algaradas, le convierten en un gladiador triunfador. Aparece como salvador de España del rescate contra el criterio de la mayoría y con nuestro país creando el mayor número de puestos de trabajo y el del porcentaje más alto de crecimiento de la UE.

Y desde el punto de vista político: el PSOE con un conflicto interno de misterioso final, Podemos en marasmo bélico casi sangriento entre sus principales dirigentes, las formaciones catalanas hacia ninguna parte, y C’s sin encontrar su camino. ¿El PP? una balsa de aceite con su líder indiscutible. ¿Quién duda de que la legislatura durará cuatro años? ¿o tres, dos e incluso uno? Así es la vida.