César Lumbreras
Red eléctrica
En estos tiempos de austeridad que corren, hay empresas que, por sus características, deberían dar ejemplo. Un caso paradigmático es el de Red Eléctrica (REE). Aunque sus acciones están muy repartidas, el Estado, a través de la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales), tiene todavía un porcentaje significativo y, lo que es más importante, controla de hecho su funcionamiento e impone «manu militari» a su máximo responsable. Ahora lo es José Folgado, antiguo alcalde de Tres Cantos y antes alto cargo de los gobiernos de Aznar. Su predecesor fue Luis Atienza, que ocupó este puesto durante la época de Zapatero, lo que le permitió gozar de una importante remuneración (más de un millón de euros al año, dejémoslo ahí) y un sustancioso finiquito. Folgado no se va a quedar muy atrás. El consejero que menos gana se embolsa algo más de 150.000 euros al año por asistir una vez al mes a una reunión. Así, no es extraño que haya tortas para ser miembro del Consejo de Administración entre antiguos políticos y gentes que merodean en el entorno del poder. Y, ¿qué es lo que hacen los gestores y los consejeros? Pues no parece que la gestión sea muy complicada, porque la sociedad se dedica al transporte de la energía eléctrica, opera en régimen de monopolio y, además, lo hacen a precio regulado por el Gobierno de turno. Vamos, que la cosa no tiene muchas dificultades, más allá de los inconvenientes que puedan plantear los ecologistas y las administraciones de turno, cuando hay que construir una línea de alta tensión. En resumen, un chollo. Ya que el Gobierno manda tanto en REE, podía predicar con el ejemplo y dar un toque para que sean más austeros. Es la crisis.
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