Gaspar Rosety

Reverendo Talbot

Los Juegos Olímpicos de la Edad Moderna son obra, fundamentalmente, de Pierre de Frèdy, barón de Coubertin. Su empeño en seguir las ideas del pastor Thomas Arnold de impulsar el deporte como una parte del sistema educativo le llevaron a plantear el renacimiento del movimiento olímpico.

Coubertin hizo famosa una frase: «Lo importante no es ganar sino participar». En realidad, estas palabras son del obispo americano Ethelbert Talbot y añadió que «lo importante en la vida no es conquistar sino luchar bien». El Reverendo Talbot nos enseñó a perder y a no rendirnos.

Con otras palabras, el presidente del COE y de Madrid 2020, Alejandro Blanco, declaró que «nos han ganado pero no nos han vencido». Es momento para la reflexión y debemos asimilar una derrota indeseada y que, aun conscientes de que podría producirse, generó dos cuestiones maravillosas para nuestro país: la unión de identidades y la ilusión.

La idea de albergar los Juegos nos unió e ilusionó y, durante estos meses, soñamos con crecer, crear puestos de trabajo, reflotar un sector de la economía, poner una sonrisa a la sociedad y ser capaces de organizar los mejores Juegos de la historia, al mismo tiempo que dotaríamos de medios a todas nuestras federaciones, especialmente a las más necesitadas, y a nuestros ejemplares y sacrificadísimos deportistas.

Si hemos creído, no veo motivo para dejar de hacerlo y pienso, como el reverendo Talbot, que luchamos bien y que siempre podremos ganar. Coincido con Blanco, que ha hecho un trabajo excepcional: no estamos vencidos.

Benedetti escribió: «No te quedes inmóvil al borde del camino». No hay rendición para quien cree. Lo dijo el reverendo. Cuestión de Estado.