Iñaki Zaragüeta

Revés a Picardo y a Reino Unido

Era hora de que el altanero mandamás gibraltareño, Fabian Picardo, y el Gobierno de Su Graciosa Majestad sintieran el hierro. Así ha sucedido con el dictamen de la Comisión Europea al declarar que España no infringió las normas de la Unión Europea cuando, el verano pasado endureció los controles en el paso fronterizo. Esta vez y como consecuencia de la crisis provocada por aquél al lanzar 70 bloques de hormigón en la bahía de Algeciras e impedir así faenar a los pescadores españoles, la política ejecutada por el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, de no aceptar la tradicional actitud de «hechos consumados» ejercida por las autoridades de «La Roca» y del Reino Unido ha dado sus frutos. En su declaración, la CE reconoce también para su justificación la existencia de un aumento del contrabando de tabaco. Le ha faltado mencionar la condición de paraíso fiscal. Pero eso deben ser palabras mayores para los jerifaltes europeos.

Ahora, cabe esperar que Picardo se olvide de su objetivo expansionista a costa de saltarse la Ley y perjudicar a España. Reconozco que, durante años, no les fue mal con el hábito de actuar por su cuenta. Ahí están el aeropuerto o la ampliación del puerto marítimo por poner dos ejemplos. Los resultados les avalan, cada vez más cerca de la independencia o, al menos, cada vez más lejos de trasladar la soberanía a quien la debería tener, a España.

Tras el revés en Bruselas, Rajoy y Margallo se han apuntado un tanto y han echado el freno a las pretensiones del llanito, entre ellas la de la trilateralidad, sentarse en la mesa de igual a igual con España y Reino Unido. Así es la vida.