Jorge Urosa

Sobresueldos

La palabra sobresueldo empieza a ser sinónimo de corrupción, que va de los sobresueldos de Bárcenas, los más famosos, a los de Parla, los más escondidos por el Partido Socialista. De hecho el alcalde de Parla José María Fraile está imputado por los pagos a los funcionarios del municipio desde el año 2008, pagos cuya ilegalidad conocía el Ayuntamiento por comunicación de la Delegación de Gobierno de Madrid. Desde ayer, y tras la declaración de Sánchez Toribio, concejal de Personal del Ayuntamiento en aquella época, sabemos que los pagos ilegales no se realizaron desde 2008, sino desde 2004, –época en la que era alcalde el actual jefe de la oposición y martillo de herejes, Tomás Gómez– resulta pues, que el pago de sobresueldos no es privativo del PP, y que además, en el caso de Parla era generalizado, conocido y contrario a una decisión del Gobierno Municipal.

Según Sánchez Toribio, no se suspendió el pago por una decisión personal de los alcaldes para evitar enfrentarse a los sindicatos, lo cual es entendible después de ver cómo se las gastan con la jueza Alaya, comportamiento por otra parte alentado y aplaudido por el POSE.

Es, sin duda, comprensible que los políticos prefieran enfrentarse a la Justicia que a los sindicalistas. Por lo visto, en nuestro Estado de Derecho no cabe el procesamiento de un sindicalista por muy delincuente que sea y en ese sentido la decisión de los ediles de Parla fue la más práctica. Ahora bien, una cosa es pagar sobresueldos por la presión sindical y otra muy distinta, encima, usarlo como arma política.