Iñaki Zaragüeta
Tesitura indeseable
Quienes están disfrutando de moqueta, despachos, coches y demás prebendas, se las creían muy felices. Si pensaban que su tesis de gozar de las bondades de la política española iba a ser aceptada sin más por ETA, estaban equivocados. Es de imaginar que la banda no ha abandonado su lema «cuanto peor, mejor», menos todavía cuando quedan aún muchos de sus «gudaris» entre rejas, con el horizonte además de cumplir condenas larguísimas. Que algunos se hayan beneficiado de la derogación de la doctrina Parot, promovida por el peor presidente de España al menos desde 1977, no significa que los dirigentes etarras y, sobre todo, los familiares de los que aún se hallan en las cárceles estarán conformes y quietos. La historia ha aclarado la extraordinaria influencia de ese colectivo.
En opinión de mi amigo Rogelio, a Bildu, Amaiur y Sortu no les va a ser tan sencillo desprenderse del yugo de ETA como lo fue seducir a Eguiguren para rentabilizar la ingenuidad de Zapatero. Estos partidos se encuentran en una tesitura complicada, porque «se puede engañar a algunos todo el tiempo y a todos algún tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo», pero su privilegiada situación no puede mantenerse exclusiva. Por más que no lo deseen, su solidaridad será requerida en actos como en el de Durango. Pero ése sólo es un eslabón de la cadena.
El otro se dibuja en el imperio de la ley que rige en un Estado de Derecho. Las formaciones abertzales han de andarse con mucho tiento porque la Justicia los acecha para contrarrestar cualquier vulneración de las Normas. Al menor descuido se juegan la ilegalización y todo lo que ello conlleva. «Demasié pa sus bodies». Así es la vida.
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