Irene Villa
Verlo para evitarlo
Diez días después de la espeluznante tragedia debida al descarrilamiento de un tren en Santiago, seguimos dando las gracias a los servicios de emergencia, al personal sanitario, a los donantes de sangre, a quienes acudieron a trabajar cuando no era su turno o estaban de vacaciones... porque han salvado muchas vidas, y deseamos que siga descendiendo el número de heridos ingresados en hospitales, así como que los fallecidos descansen en paz y sus seres queridos puedan superar el duelo. Seguimos solidarizándonos con todas las víctimas, incluido ese maquinista con el que nos identificamos todos los que en algún momento excedimos la velocidad permitida y, aunque no llevásemos tantas vidas en nuestras manos, tampoco medimos las fatales y definitivas consecuencias que ello pudiera tener.
Respecto al otro debate sobre los límites que un medio de información debería o no tener cuando cubren noticias de este tipo, creo que sí hay que mostrar las imágenes aunque la realidad sea tan dura, porque es la única forma de que la sociedad se conciencie de los nefastos resultados que tiene en este caso incumplir las normas, o en otros, el absurdo y gratuito uso de la violencia, por ejemplo. Como lo que no se ve, no existe, hay que mostrarlo, para poder concienciarnos de tal forma que se puedan evitar despistes similares en un futuro. La realidad no debe maquillarse ni ocultarse, porque es la que nos hace despertar o incluso actuar si es necesario. De alguna forma, todos sentimos que la responsabilidad es determinante, y probablemente, la prudencia se haya puesto en alza.
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