Atlético de Madrid
Victoria épica
Acabó como el rosario de la Aurora, pero ganó el Atlético. Terminó la infamante racha de catorce años y se hizo realidad el hecho de que al equipo rojiblanco le conviene jugar en el Bernabéu: hace más caja y, encima, es campeón. Fue necesaria la prórroga, fue preciso que el campeón remontara el gol de Cristiano y fue innecesario que el partido acabara con dos expulsados y un puñado de tarjetas. Ha sido la despedida de un entrenador pendenciero que no supo comportarse y acabó fuera del banquillo.
Fue partido propio de derbi tradicional. Final con la tensión propia del acontecimiento. Se jugó sin concesiones. Mourinho fue más conservador que Simeone, porque alineó a Modric, Özil, Khedira y Xabi. Si en vísperas se consideró que había dos jugadores clave, Cristiano y Falcao, durante el juego se constató que el juicio apriorístico no estaba errado. Cristiano apareció en defensa, en medio campo y en ataque y en un córner remató de cabeza y marcó.
El Atlético supo reaccionar. El Madrid le había presionado y escondido el balón. Y apareció Falcao. No fue para marcar, sino para hacer la jugada que acabó con el pase a Diego Costa, que éste convirtió en tanto. La jugada del colombiano tuvo aspectos épicos porque se tuvo que librar de los defensas. Confirmó que su peso en el equipo es tan importante como el de Cristiano en el suyo. Y después apareció Miranda para rematar un córner y hacer de la prórroga la gloria de los colchoneros.
Posdata. Mourinho es Don Ni-Ni. Ni Liga, ni Europa, ni Copa.
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