Parresía
¿Cómo viene 2024?
Se nos ha quedado una España en la que los socios del Gobierno llevan la batuta
He vuelto a casa por Navidad y aquí me tienes, frente a la Bahía de Cádiz. Sé que me encuentro en el mejor lugar para desconectar de lo superfluo. El mar, espectacularmente bello, regala calma y es un espejo de luz. En el horizonte diviso a mi amigo, el buque escuela Juan Sebastián Elcano, anclado en su puerto base. ¡Cuántas veces habré ido a despedirle o a darle la bienvenida! Elcano es, de lejos, el gaditano más viajero de la historia. Solo se oye el trinar de los pájaros a esta hora de la tarde. En medio de semejante paz he crecido yo, rodeada de fértiles marismas y de un mar que el viento va coloreando, según su temple. Mi gran herencia se resume en esta burbuja luminosa de amor y protección familiar que me rodea ahora mismo, y que tantas veces echo de menos en Madrid.
Casi siempre aterrizo exhausta de todo lo posible, buscando abrazos que recibo siempre, multiplicados por mil. Duermo más que nunca, como y bebo muy por encima de lo políticamente correcto, me río con ganas y vuelvo a canturrear por la casa.
Aunque evito los actos sociales, necesito reconectar con la calidez de vecinos, primos, tíos y amigos de la infancia, que me nutren de historias cotidianas. Por supuesto, ellos te piden que vaticines, nada más y nada menos, el futuro político que nos espera (si al hombre del tiempo, mi querido Brasero, le paran constantemente para preguntarle qué tiempo hará mañana, a los periodistas nos caen siempre este tipo de cuestiones).
¿Qué responderles? Me ciño a los hechos: Pedro Sánchez ha materializado sus pactos con los independentistas a cambio de ser investido de nuevo presidente. El mismo PSOE que, antes de las elecciones generales, se negaba a amnistiar al Procès, ha pasado por el aro de Puigdemont y la Ley de Amnistía ya se está tramitando. A eso hay que sumar otros importantes traspasos y cesiones a Cataluña, además de varias mesas de diálogo con los independentistas -relatores incluidos- que persiguen el referéndum de independencia catalán.
El PNV también ha conseguido su tajada de cesiones exclusivas y una consulta sobre el reconocimiento nacional de Euskadi. Respecto a Bildu, ya logró el acercamiento de los presos etarras y echar a la Guardia Civil de Navarra. A partir de ahora, gobierna el Ayuntamiento de Pamplona gracias al socialismo. Se nos ha quedado una España en la que los socios del Gobierno llevan la batuta. ¿Qué nos deparará 2024? Blanco y en botella, amigos. ¡Y Puigdemont, de fugado a rehabilitado! Mejor dejarlo aquí, que el presente se esfuma y hay que vivirlo cerca de quienes nos importan. ¡Salud para todos! Gracias por venir a este rincón.
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