Sin Perdón
El Congreso de exaltación sanchista
«Ha sido un cónclave para ovacionar a Chaves y Griñán, porque a este socialismo le parece muy bien las prácticas clientelares y el amiguismo»
Sin ninguna novedad en el frente. Los compromisarios otorgaron un cheque en blanco a Sánchez ante los graves problemas judiciales que afectan a la familia presidencial, al partido y al Gobierno. Nada que nos tenga que sorprender en estos tiempos de exaltación del caudillismo como forma de gestionar un partido. Han desaparecido los contrapesos. No hay nada que ponga en cuestión la voluntad del líder y su camarilla. Ha sido un cónclave para ovacionar a Chaves y Griñán, porque a este socialismo le parece muy bien las prácticas clientelares y el amiguismo. Nos retrotrae a los tiempos del caciquismo de la Restauración. No hay nada cuestionable en comprar los votos por medio de los ERE, porque para manipular el ordenamiento jurídico y legalizar cualquier tropelía está el Tribunal Constitucional convertido en un órgano político al servicio del Poder Ejecutivo. Conde-Pumpido ha certificado la muerte de Hans Kelsen y la reivindicación de Carl Schmitt. Los caudillos siempre tienen juristas de cámara capaces de articular un cuerpo doctrinal que ampare sus desmanes.
Es bueno utilizar el término frente, porque no hay ninguna duda de que Sánchez ha tenido el acierto de socializar sus problemas con su partido, ya que todo gira alrededor del pensamiento único. En cualquier momento convierten a Ábalos en una víctima de la fachosfera que exagera los desmanes del exministro. No hay más que ver cómo son premiados los ejecutores de la campaña machista contra Ayuso. Tras la exaltación de Chaves y Griñán todo es posible en este nuevo socialismo que rechaza a González, Leguina o Redondo. Por supuesto, se siente muy cómodo avalando los ataques al Poder Judicial, ya que no quieren que sea independiente al servicio del imperio de la ley. Se siente más próximo a los enemigos de la Constitución y la unidad de España, como los independentistas y los herederos de ETA, que con sus defensores. Es un esquema simplista de buenos y malos, donde los primeros son los sanchistas, los imputados y los lobistas mientras que los segundos son aquellos que no comulgan con los despropósitos del caudillo. No son buenos tiempos para los demócratas y los defensores de la ética como guía de la acción política. El Frente Popular avanza con paso firme para imponer una mutación constitucional como en México. El último y decisivo baluarte es la UE.
Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)
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