Tribuna
El constructo disruptivo del estado plurinacional
Estado multinacional es un sin sentido, lo mismo que una nación de naciones, concepto que está muy relacionado con el anterior y tiene el mismo sentido, ninguno.
En estos atribulados días en que algunos se afanan en llegar como sea al poder, si es necesario desafiando la ley constituyente del estado o torciendo y manipulando la Justicia a cualquier precio, y poniendo así en peligro la democracia, es sorprendente escuchar a algunos líderes políticos hablar de un constructo llamado «estado plurinacional»; imagino que los gobiernos de Francia, Alemania, Italia, Polonia, Hungría, en fin, socios y aliados con los que compartimos valores y principios estarán perplejos.
Como deberían saber la mayoría de las personas formadas, las naciones, las constituyen los pueblos, las sociedades con un proyecto de vida en común, como acertadamente define Ortega y Gasset, para lograr el bienestar y progreso de la sociedad y garantizar su seguridad. Para lograr esos fines se organizan. Ese proyecto se materializa en una Ley constitutiva de una organización administrativa llamada estado. Es decir, la nación acuerda una Constitución donde se establece el estado, se marca la distribución de los poderes que se ejercen en nombre de ésta y los límites en el ejercicio de ese poder. Este aspecto, a veces olvidado, es vital; la Constitución pone límites a aquellos que ejercen el poder en nombre de la nación. Si los que ejercen el poder se extralimitan y saltan esos límites, están fuera de la Constitución, sencilla y claramente, y por lo tanto, lo que decreten será ilegal, además de ilegítimo por no tener el respaldo de la nación, y por ello nadie está obligado a secundarlo.
Debo ser así de contundente porque no hay otra forma de decirlo. Además, es tan vital la Constitución que los servidores públicos, todos, juran o prometen «guardar y hacer guardar» la Ley de leyes como norma fundamental del estado.
Es por lo anterior que hablar de un estado plurinacional no tiene el más mínimo sentido. Cada nación organiza, como he explicado, su estado, que además tiene la misión de la representación exterior ante otras naciones y organizaciones internacionales, por ello esas organizaciones siempre se refieren a estados, salvo la ONU, que en su constitución se refería a las «naciones» como miembros de la organización, representadas naturalmente por sus estados. Un estado que represente a varias naciones cada una con sus intereses ante cualquier organización no tiene cabida en ellas.
El estado, como organización administrativa, se puede organizar como decida la nación. Estado centralizado o descentralizado donde el poder y la financiación en determinados aspectos se delega en órganos autónomos. Es decir, la Generalitat es parte del poder del estado en Cataluña y así sucesivamente. El concepto autónomo viene dado porque su organización y líderes políticos no son designados desde el Gobierno de la nación sino elegidos por los ciudadanos de una región determinada para ejercer el poder delegado.
La nación denominada Estados Unidos de América, por cierto, nombre que se empezó a utilizar en documentos por los representantes del Rey de España, y que sin su ayuda difícilmente la hubieran conseguido, como reconoció George Washington, es una nación organizada de forma federal en estados, todos ellos unidos bajo la Constitución. España, que sin ser un estado federal tiene todos los atributos de éste, es una nación organizada en comunidades autónomas todas ellas unidas bajo la Constitución. Estados Unidos es una República Presidencialista, como Francia, y España una Monarquía Parlamentaria, como la mayoría de las naciones más importantes, democráticas y liberales del planeta. Entonces, ¿Cuál es el problema? El problema es la lucha por el poder nacional y sobre todo regional.
Volviendo al título, el que confunde, a sabiendas, Estado con Nación, está confundiendo una organización administrativa con un proyecto de una sociedad de vida en común que tiene pasado, presente y pretende tener futuro. El pueblo español, también confundido a veces con la nación, lo constituyen aquellos españoles o con pasaporte español que viven en España o fuera en un momento determinado.
Hablar de estado es referirse a lo público. Para diferenciar aquello que no es estado hablamos de la sociedad civil, que algunos confunden con aquella que no es militar, permítanme la broma. La sociedad civil la forman las empresas, organizaciones, instituciones, todo lo privado, desde la sanidad a la educación que no pertenece al estado, es decir, a lo público, a «lo de todos», no a «lo de nadie» como alguien dijo alguna vez.
En definitiva, estado multinacional es un sin sentido, lo mismo que una nación de naciones, concepto que está muy relacionado con el anterior y tiene el mismo sentido, ninguno.
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