El trípode

Cui prodest? ... ¿A quién beneficia?

Ya comenzado el tercer año de esa contienda bélica sin ningún horizonte para su final, se hace imprescindible la pregunta planteada al inicio: «¿A quién beneficia el sostenimiento de esa guerra interminable?»

Esa conocida cita latina aplicada en el derecho romano fue popularizada por el filósofo Cicerón y por Séneca, el hispano natural de Córdoba, en su trágica obra Medea. Su significado «¿A quién beneficia?» es un principio que la misma lógica obliga a plantearse ante sucesos que ocasionan desgracias de todo tipo, sobre todo víctimas humanas. Es el caso que estamos viviendo desde hace más de dos años en Ucrania, promovido por Rusia con su «operación militar especial» lanzada para anexionarse no solo de «facto» la península de Crimea –como se encuentra desde la revolución multicolor del Maydan en 2014– sino incorporándola también ahora «constitucionalmente» a su territorio. Además de hacerlo también con la región del Donbass, fronteriza con ella y de mayoría rusófona entre la población. Hasta ahora, y salvo en la frustrada reunión celebrada en Ankara poco después de comenzada la invasión, y moderada por Erdogan, no ha habido ninguna iniciativa rigurosa de paz. Esta fue para encontrar un principio de acuerdo que permitiera un alto el fuego y una negociación para una paz duradera, y desde entonces no ha habido otra como decimos.

Todo son demandas continuas de más apoyo militar y económico para sostener el esfuerzo que requiere la guerra por parte de Zelenski, y compromisos de EE UU acompañado por la OTAN de satisfacerlos. Últimamente a esa batalla de la comunicación se le ha añadido el lema de que esa guerra la va a ganar Ucrania derrotando a Putin, lo que es una prueba del alejamiento de la realidad en la que se sitúan. Ya comenzado el tercer año de esa contienda bélica sin ningún horizonte para su final, se hace imprescindible la pregunta planteada al inicio: «¿A quién beneficia el sostenimiento de esa guerra interminable?» En la repuesta a la misma sin duda encontraremos la luz necesaria para un adecuado discernimiento sobre ella. Destaquemos un primer plano en la respuesta, que es incuestionable, y sin duda el fundamental, aunque no sea el único…: Ese gran beneficiado de la guerra es el complejo industrial armamentístico, que por obvias razones vive de la guerra y sus amenazas, ya que sin ella no hay demanda del material que ellos producen. Ese gigantesco lobby en EEUU se encuentra en el «deep state» ( el estado profundo estadounidense), auténtico poder en la sombra que maneja muchos hilos de la política. A ese lobby podemos añadir las multinacionales petrolíferas, sin olvidar grupos paramilitares como el Wagner, que empiezan a proliferar como auténticos mercenarios en todos los ámbitos. De los intereses geopolíticos en juego, también hablaremos.