«De Bellum luce»
Los dos que caen mal a Feijóo, y no son Ayuso
La diferencia es que esto, en la etapa anterior, llevaba siempre a un choque público, muchas veces provocado por el equipo de Casado, y este equipo, sin embargo, media para restarle trascendencia
En estos tiempos, en los que los barones del PP han saltado de nuevo a primera línea de la actualidad política por la ruptura de sus pactos de gobierno con Vox, se ha vuelto a ver, sobre todo no pasa desapercibido internamente, hasta qué punto anda equivocado el análisis mediático cuando se empeña en buscar contradicciones y diferencias entre el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, mientras se dejan por el camino diferencias de opinión y personales más sustanciales.
La ventaja para la paz interna del partido es que el actual líder nacional tiene el temple y la experiencia que le faltó a Pablo Casado para manejar los choques personales con la suficiente mano izquierda como para que no se conviertan en el folletín diario de la crónica sobre su partido.
Feijóo y Ayuso pueden discrepar en cientos de cosas, pero se llevan bien, y si tienen que embestir lo harían de frente y de puertas hacia adentro. Pero esto, por más que lo agrande la izquierda, es una anécdota si se compara con las rencillas políticas, que acaban derivando siempre en una desafección personal, y que son mucho más importantes y latentes entre Feijóo y otros pocos dirigentes territoriales.
Una de ellas se arrastra desde las elecciones generales pasadas y si no se ha conseguido arreglar hasta ahora, es difícil que ya tenga solución. No afectará en ningún caso a las relaciones políticas ni tampoco dará lugar a declaraciones que faciliten malas interpretaciones. Pero la colisión está ahí, Feijóo no ha superado lo que entendió como una jugada fea, por detrás, y a la que son muchos los que responsabilizan de lo que pasó hace ya más de un año en la decisión sobre la Moncloa.
Hay otro nombre que tampoco ha salido de la lista de «poco fiables». La diferencia es que esto, en la etapa anterior, llevaba siempre a un choque público, muchas veces provocado por el equipo de Casado, y este equipo, sin embargo, media para restarle trascendencia.
Pero que no se equivoquen los dos señalados, porque puede no haber revancha, pero a la derecha del «padre» nunca llegarán a estar.
Por cierto, hay otro nombre, que sí está en la lista de confianza, y que ha empezado a dar que hablar por lo poco que se le ve últimamente por Madrid y mezclado con la cúpula popular.
✕
Accede a tu cuenta para comentar