Día de las Fuerzas Armadas

El Ejército y la Monarquía

Don Juan Carlos presidió ayer por última vez el desfile del Día de las Fuerzas Armadas, un acto de especial significado porque al Rey le corresponde el mando supremo de las Fuerzas Armadas (artículo 62 de la Constitución) y, cuando se sancione la abdicación, será Don Felipe quien reemplace a su padre como Capitán General de los ejércitos. Por lo tanto, el acto de ayer no fue tanto una despedida como una muestra de compromiso con una institución con la que el Rey, que es jefe del Estado y militar, ha mantenido un vínculo más allá del institucional. Siempre se ha referido al Ejército como una familia que le acogió con apenas 18 años para iniciar su formación militar y en la que respiró los valores del esfuerzo, la entrega, el servicio público y el compañerismo. Las Fuerzas Armadas son una institución central en la sociedad española, cuya modernización se puso en marcha a raíz del intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. Aquél fue el momento clave de nuestra historia reciente y, ante aquella amenaza, las Fuerzas Armadas y su mando supremo respondieron inequívocamente en defensa del orden constitucional. Eran, sin duda, otros tiempos que dan la medida de la gran evolución de nuestro país y de la familia militar, que es la institución más valorada, por su compromiso con la sociedad y la democracia españolas, y la que mejor se ha adaptado a los nuevos tiempos y a las políticas de defensa global, como así lo acredita su modélica participación en operaciones internacionales. Nuestros ejércitos deberían servir de ejemplo en estos momentos cruciales en los que se pone en duda la vocación altruista de los servidores públicos, por su patriotismo, solidaridad y generosidad. El Príncipe de Asturias, como corresponde al heredero de la Corona, ha seguido la formación militar de su padre, pero ya adaptada a una milicia plenamente profesionalizada, con mandos de gran preparación, muy avanzada tecnológicamente y con una discreta presencia en la vida pública y política. Conoce bien la estructura militar y sus necesidades, y su generación ocupa ya rangos de responsabilidad en los Ejércitos. En la pasada Pascua Militar, Don Juan Carlos destacó el «enorme esfuerzo» de las Fuerzas Armadas por mantener la capacidad operativa necesaria para «garantizar la seguridad y la defensa de nuestra patria» en un momento de recesión económica. Las cifras son elocuentes: desde 2008, el presupuesto de Defensa se ha reducido un 32 por ciento y de 8.494 millones se ha pasado a 5.745 millones. El Ejército no es sólo una maquinaria compleja, sino también una organización formada por miles de hombres y mujeres que guían su trabajo según el principio de que son los primeros en dar y los últimos en recibir.