EPA

El ritmo del empleo se acelera

La Encuesta de Población Activa (EPA) referida al cuarto trimestre de 2014 confirma el cambio de tendencia de la economía española, que ha dejado de comportarse como una máquina de destrucción de empleo –con más de 3,8 millones de puestos de trabajo perdidos entre 2007 y 2012– para volver a cifras de crecimiento en el mercado laboral desconocidas desde 2006. En efecto, desde ese último año no crecía el empleo entre el tercer y el cuarto trimestre de un ejercicio, ni se enlazaban tres trimestres consecutivos al alza. Los datos son aún más significativos porque acaban con la leyenda de que en España hacían falta tasas de crecimiento del PIB por encima del 2 por ciento para crear empleo, lo que demuestra la eficacia de la reforma laboral, con sus medidas de flexibilización e incremento de la competitividad. También desmiente el repetido mantra de la izquierda y de los sindicatos que denuncia la baja calidad de los nuevos puestos de trabajo, ya que los contratos indefinidos son más numerosos que los temporales, tendencia que se da con mayor incidencia en el sector privado que en el público. Pero, con todo, las cifras de la EPA constatan que el ritmo de creación de empleo –un 2,5 por ciento– se ha acelerado en sintonía con el resto de los indicadores macroeconómicos, lo que supone un magnífico augurio para este año 2015, en el que podría superarse, incluso, el pronóstico hecho por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de que el presente ejercicio verá un millón de nuevos puestos de trabajo. Pronóstico que podría tildarse de simple voluntarismo si no fuera porque coincide con los últimos análisis sobre la evolución de la economía española por parte de los organismos internacionales y de las agencias de calificación. Con una cuestión previa que no conviene obviar: que la mayoría de los «gurús» se han visto obligados a rectificar al alza sus previsiones sobre España –hasta en seis ocasiones, en el caso del FMI–, que ha pasado de ser la cenicienta de todos los informes al ejemplo a seguir. En este sentido, el último balance de situación, de la agencia Fitch, destaca que la recuperación de la economía española es «muy positiva» en aspectos clave como el mercado hipotecario, la morosidad de las empresas, el saneamiento del sector bancario y el empleo. Aunque es cierto que queda mucho camino por recorrer, también lo es que el esfuerzo de estos años está comenzando a dar sus frutos a un ritmo mayor de lo esperado. Si el escenario exterior se mantiene en los mismos términos, con un euro más competitivo y mayor liquidez en los mercados, es muy probable que el crecimiento del PIB español vuelva a romper las previsiones. Si hasta ahora la mayor parte del trabajo se ha hecho con el viento en contra, la vuelta a las políticas de estímulo en el seno de la UE será el acicate decisivo.