Tokio
El sueño olímpico, más cerca
El próximo miércoles, en Lausana, ante la Asamblea General del Comité Olímpico Internacional, la ciudad de Madrid pasa su penúltimo examen en la larga carrera para ser designada sede de los Juegos Olímpicos de 2020. No estará sola. Su Alteza Real el Príncipe de Asturias, como presidente de honor de la candidatura y deportista olímpico, y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, acompañarán a la alcaldesa, Ana Botella, y a su equipo, como inequívoca muestra del respaldo de toda España al desafío que afronta su capital. Nuestra delegación tendrá que responder a las preguntas y a las dudas que puedan suscitarse entre los miembros del COI sobre la idoneidad de la candidata. No nos cabe duda de que serán perfectamente respondidas y despejadas. Punto por punto, Madrid aventaja a las dos ciudades rivales, Tokio y Estambul, fruto del esfuerzo continuado, empeñado con ilusión, desde que se presentara por primera vez a la carrera olímpica en el ya lejano 2005. Dos veces sucesivas ha visto nuestra ciudad evaporarse el éxito sin que ello supusiera la aceptación inevitable del fracaso. Todo lo contrario. De cada tropiezo, Madrid ha obtenido experiencia y ha extraído enseñanzas. El miércoles se pondrá de relieve, con independencia de lo que depare el resultado final, la idoneidad y solidez del proyecto madrileño, de la propuesta de una ciudad abierta, acogedora, moderna, divertida y libre, acostumbrada a atender a los visitantes y, sobre todo, muy preparada logísticamente. Una capital ni demasiado grande y dispersa, ni excesivamente pequeña. Sus puntos fuertes, además del carácter de los madrileños, que refleja perfectamente, por su multiplicidad de orígenes, al de todos los españoles, son una buena red de comunicaciones, con un transporte público reputado entre los mejores del mundo; la oferta hotelera, renovada y de alta calidad en toda la gama de precios y el hecho de que buena parte de las infraestructuras necesarias, el 80 por ciento, ya están hechas, lo que debería despejar los temores a que la situación económica actual pudiera condicionar las inversiones. Lo que queda por hacer, como la Villa Olímpica, con dos líneas de metro asociadas, o la finalización del Centro Acuático o el estadio de La Peineta, tendrán la virtud, además, de que permanecerán en el tiempo como equipaciones sociales y ejercerán de eje de renovación urbana. Los beneficios para Madrid y, por ende, para el conjunto de España, si se obtiene la sede de los JJ OO, serán muy importantes y un factor de consolidación del proceso de recuperación económica del país, con una previsión de crecimiento del PIB de un 1,8 por ciento. Pero, sobre todo, será un premio merecido al esfuerzo y a la ilusión de tantos y tantos españoles.
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