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EEUU también dejó de pagar la deuda y puede volver a hacerlo

La economía moderna se cimenta en la seguridad de que EEUU siempre paga su deuda, es decir, sus bonos de deuda pública, vendidos por todo el mundo

Alan Greenspan, que ahora tiene 97 años, fue presidente de la Reserva Federal (FED), el banco central de los Estados Unidos, durante casi 20 años, entre 1987 y 2006. Elegido por Reagan, fue confirmado por otros tres presidentes, Bush padre, Clinton y Bush hijo, es decir, republicanos y demócratas confiaron en él. Personaje legendario en los mercados monetarios, que permitió que se extendiera que escribía sus discursos en la bañera, explicaba que «los EEUU pueden pagar cualquier deuda porque siempre pueden imprimir dinero para hacerlo. Así es que hay cero probabilidades de falta de pago». Tenía razón, pero todo cambia. EEUU todavía puede «crear» todo el dinero que quiera, pero nada impide que el Congreso, en tiempos de crispación política, impida pagar la deuda, justo unos días después de que Joe Biden reciba a Pedro Sánchez en la Casa Blanca y el inquilino de La Moncloa lo utilice –es legítimo– también como baza electoral.

La economía moderna se cimenta en la seguridad de que EEUU siempre paga su deuda, es decir, sus bonos de deuda pública, vendidos por todo el mundo. No siempre fue así. En 1789 no pagó –ya ha llovido– y en 1934, como ha recordado Jesús Sánchez Quiñones, consejero ejecutivo de Renta-4, también impagó sus cuartos «Bonos de la libertad» ya que debían ser abonados en oro y sus tenedores recibieron dólares devaluados un 40% en tiempos de Roosevelt. En 1971, Nixon terminó con la convertibilidad del dólar en oro, lo que puede interpretarse que EEUU impagó según los compromisos adquiridos. Ahora, la historia –todavía es posible una solución– podría repetirse y provocaría, dice Janet Yellen, secretaria del Tesoro, «una catástrofe económica y financiera». Quizá sería el inicio de la tan temida recesión que se extendería por todo Occidente y más, la Unión Europea y España incluidos. Las elecciones del 28 de mayo y las propuestas populistas, con las inviables y disparatadas de Díaz y Belarra al frente, y la bronca política ocultan el bosque, pero el futuro económico inmediato –también el español– se ventila en Washington. EEUU no tiene ningún problema de solvencia para pagar su deuda, pero precisa de un visto bueno del Congreso que los republicanos se resisten a dar. Hay precedentes de tiras y aflojas entre demócratas y republicanos por este asunto, pero al final siempre hubo acuerdo sobre la bocina. Ahora, con los trumpistas de fondo, hay dudas. Sería el inicio de una catástrofe al esfumarse la probabilidad cero de falta de pago de EEUU –todo cambia– que explicaba y en la que confiaba Greenspan.