El «aquelarre» etarra

ETA sólo debe comunicar su disolución

ETA tutela con mano firme los pronunciamientos de sus presos y organizaciones. La banda se atiene a un guión para blanquear su historia del que ninguno de sus tentáculos se sale. Nadie se arrepiente, ni pide perdón, ni habla de disolución ni, por supuesto, de colaborar con la Justicia. Tras los pronunciamientos de los terroristas presos y excarcelados, ETA prepara un nuevo comunicado. Más de lo mismo. La democracia sólo espera que comunique su disolución. Hasta ese instante, el Estado debe perseguir a ETA hasta derrotarla.