Manifestaciones violentas
París echa el cierre; la coacción se impone
Macron ha decidido una suerte de cierre patronal de París ante la llegada hoy de los «chalecos amarillos» y la violencia que los acompaña. Ni torre Eiffel ni Arco del triunfo ni el Louvre ni la Ópera, nada. Además de restricciones de circulación y aparcamiento, la clausura de mercados, gimnasios, jardines y edificios municipales y un blindaje policial sin precedentes. Un París sin vida y sin libertad por la coacción callejera no deja de ser una claudicación del Estado, incapaz de garantizar los derechos del resto de los ciudadanos.
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