Atentado

Perseguidos por profesar su fe

Los responsables del baño de sangre en Sri Lanka aún no han dado la cara, pero de lo que no hay duda es de que la comunidad cristiana era el objetivo del ataque. No en vano los terroristas escogieron el día más importante del calendario cristiano, el Domingo de Resurrección, para acabar con la vida de 200 persomas en una serie de atentados simultáneos en cuatro establecimientos hoteleros y tres iglesias. El extremismo religioso ha estado presente en este país de mayoría budista desde hace décadas, pero el fin del conflicto étnico con la minoría tamil de confesión hindú en 2009 trajo una estabilidad que se ve interrumpida de forma intermitente por la persecución a la que se somete a los cristianos, apenas un 7 por ciento de la población. El año pasado se contabilizaron un total de 86 incidentes contra este grupo en el país, según la Alianza Nacional de Cristianos Evangélicos. La persecución a esta comunidad religiosa en el mundo se ha convertido en el pan nuestro de cada día, sobre todo en el sureste asiático y algunos países de África. Se calcula que cerca de 250 millones de cristianos viven amenazados y en 2018 unos 4.000 perdieron la vida a causa de su fe. Unas cifras para reflexionar.