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Una diplomacia cara e inconstitucional

El Gobierno ha recurrido en el Tribunal Constitucional la ley catalana de acción exterior, que autoriza a la Generalitat a abrir legaciones diplomáticas en el extranjero para defender sus intereses. Además de vulnerar el principio fundamental de que la política exterior es competencia del Estado, la norma considera al Ejecutivo catalán un «actor internacional» al nivel de otros países. Un proyecto que deja patente, una vez más, los delirios de grandeza de un Gobierno al que sólo le importa aparentar. Los problemas de la gente son lo de menos.