Tribuna

La UE ante las elecciones al Parlamento Europeo: el centro derecha puede liderar Europa

Si mejoran algo sus resultados de 2019, el PPE y Renovar Europa podrían obtener una mayoría absoluta

La UE ante las elecciones al Parlamento Europeo: el centro derecha puede liderar Europa
La UE ante las elecciones al Parlamento Europeo: el centro derecha puede liderar EuropaRaúl

Entre el 6 y 9 de junio tendrán lugar las elecciones al Parlamento Europeo. En función de los resultados, se elegirá a los próximos presidentes de la Comisión, Consejo, Parlamento Europeo y Alto Representante para Asuntos Exteriores.

Bélgica ostentará la presidencia del Consejo de la UE hasta julio, seguida de la antieuropea Hungría de Viktor Orbán. Hasta 2030 únicamente Italia entre las cuatro grandes economías de la UE (Alemania, Francia, Italia y España) tendrá una presidencia rotatoria del Consejo. Olaf Scholz y Emmanuel Macron, aunque europeístas, se han desgastado con la gestión interna de sus estados. Debido a la presencia de empresas francesas en Rusia, Macron a menudo se ha desmarcado de la coalición occidental y pedido negociaciones para acabar la guerra en Ucrania. También acudió a Pekín con su propia agenda, minando la de las instituciones europeas.

Sin un potente eje franco-alemán, carecemos de los tradicionales motores para tirar del carro europeo. En una mayoría de países de la UE gobierna el centro derecha europeísta: Polonia con el retorno de Donald Tusk, Suecia, Finlandia, Austria, Países Bajos en funciones, Luxemburgo, Irlanda, Croacia, Estonia, Letonia, Lituania y Chipre. Hay menos gobiernos europeístas de centro izquierda: Portugal, Bélgica, Dinamarca, Rumanía y Malta. Bulgaria cuenta con un gobierno de concentración nacional. Aunque juegan un papel importante, algunos de dichos gobiernos deben centrarse en mantener las coaliciones que les sustentan y adoptar medidas difíciles ante el bajo crecimiento y una inflación aún superior al 2%.

Europa carece de líderes europeístas carismáticos como fueron Helmut Kohl, François Mitterrand, Felipe González, Jacques Delors, Romano Prodi o Angela Merkel. Asimismo, gobiernos antieuropeos ultraderechistas como el de Viktor Orbán en Hungría desde 2010 y el nacionalista prorruso Roberto Fico en Eslovaquia torpedean la integración. La UE necesitó doce años para finalmente sancionar a Hungría con la pérdida de 6.300 millones de euros en fondos europeos.

Desde la fundación de la CECA en 1952 y la CEE y Euratom en 1957, ha existido una tensión entre mayor integración y ampliación a más estados. Serbia y Montenegro han cerrado ya muchos capítulos de su negociación, mientras que Macedonia del Norte y Albania podrán iniciarlas después de dos años de veto de Bulgaria. Bosnia y Herzegovina es candidato, pero el liderazgo serbio continúa socavando el funcionamiento de las instituciones federales. Cinco estados miembros de la UE no reconocen la independencia de Kósovo. Las negociaciones con Turquía están congeladas debido a su deriva autoritaria. En diciembre se aprobó la apertura de negociaciones con Ucrania y Moldavia.

La UE es el mayor mercado común del mundo, con 448 millones de habitantes. Es el primer exportador de bienes manufacturados y servicios. Es el primer socio comercial de ochenta países y ha firmado acuerdos comerciales con sesenta estados. Veinte de sus miembros comparten el euro.

Futuras ampliaciones deben combinarse con una mayor integración. Los países que cumplen los requisitos de Maastricht deben adoptar el euro, a menos que una mayoría lo rechace en referéndum como sucedió en Suecia en 2003. Polonia, Hungría, República Checa, Rumanía y Bulgaria –a diferencia de Dinamarca– no tienen ninguna cláusula que las exima de entrar en la tercera fase de la Unión Económica y Monetaria e introducir la moneda única. Hay que hacer cumplir la disciplina presupuestaria del Pacto de Estabilidad y Crecimiento en la era post-Covid. Otras prioridades son mayor armonización fiscal, multar las prácticas anticompetitivas de los gigantes tecnológicos y coordinar la agenda verde de la UE con la de EEUU. Una política común energética que corte con el Gas Natural Licuado (GNL) de Rusia e importe más GNL de EEUU, Catar, Noruega y Australia es esencial. Consensuar con Washington una política firme ante la agresividad militar y prácticas económicas ilegales chinas (subvenciones, espionaje, no respeto a la propiedad intelectual) también es posible.

Debido a la debilidad de las presidencias del Consejo y las dificultades de sus grandes economías, los grandes cargos de la UE serán más importantes que nunca. Se deben elegir en función de sus méritos y no por reparto de cuotas nacionales o de otra índole. Las familias políticas europeas deberían celebrar primarias para escoger a sus respectivos candidatos, que medirían sus fuerzas en debates televisivos y harían campaña en varios países. Actualmente hay una mayoría de gobiernos de centro derecha en la UE.

Los diputados del actual Parlamento Europeo se distribuyen en siete grupos: Partido Popular Europeo 178 diputados; S&D (socialdemócratas y socialistas) 141; Renovar Europa 101 (liberales); Grupo de los Verdes 72; conservadores y reformistas (ECR, eurorealistas) 67; Identidad y Democracia (ultraderecha antieuropea) 58; y Grupo de la Izquierda (neocomunistas) 36. Si mejoran algo sus resultados de 2019, el PPE y Renovar Europa podrían obtener una mayoría absoluta. Lograrla con ECR supondría que la izquierda europea activaría el discurso del PSOE, Sumar y sus socios independentistas. S&D integra socialdemócratas moderados con socialistas radicales. El centro derecha debe liderar la renovación europea.

Dr. Alexandre Muns Rubiol.Profesor, EAE Business School.