La situación

El ensayo de Feijóo

«De momento, la mejor noticia para Feijóo es que Vox se desmarque de la manifestación del día 8»

Quien firma al pie de este texto se sabe en minoría absoluta a propósito de la costumbre que hay en España de que los partidos convoquen manifestaciones. Es comprensible que en la Transición los españoles nos manifestáramos por encima de nuestras posibilidades, porque llevábamos casi cuarenta años sin poder hacerlo en libertad. Pero la democracia ya dura más tiempo del que duró la dictadura, y la tradición se mantiene.

Y no se hace esta exposición previa como una crítica a las manifestaciones, sino como una crítica a que sean convocadas por los partidos y solemnizadas por sus líderes. Porque los partidos no están para manifestarse en las calles, sino para trabajar en las instituciones, que ejercen la representación democrática. Las protestas callejeras son un derecho de los ciudadanos, no de las fuerzas políticas. El líder de un partido muestra más desesperación que fortaleza si se siente en la necesidad de convocar a la gente a las calles, aunque una marcha de ese tipo llegara a ser muy numerosa.

El último ejemplo lo aporta Feijóo, llamando a los españoles a concentrarse en Madrid el 8 de junio. En Génova 13 debieron pensar que si el PP no tomaba la iniciativa se la madrugaría Vox, y los populares se verían obligados a decidir que no participarían en una protesta convocada por Abascal y sus escuadras de la derechita trumpista valiente. Y así, los populares optaron por tomar la delantera, buscando, precisamente, el efecto contrario: que sea Abascal quien tenga que decidir si se suma a la convocatoria del PP.

Ha anunciado que no lo hará, y esa decisión anima a elucubrar sobre qué ocurriría en una eventual votación de investidura, en la que Feijóo solo pudiera ser presidente si Vox le diera sus votos. ¿Exigiría Abascal que su partido estuviera en el gobierno? ¿Y, qué haría Vox si Feijóo se negara?

El PP debería saber que convocatorias como la del día 8 las carga el diablo, porque siempre hay riesgo de que el seguimiento sea menor del que desea el convocante. De momento, la mejor noticia para Feijóo es que Vox se desmarque. Es un ensayo.