V de viernes

Fábricas de humanos

En un futuro no lejano tal vez los niños nazcan ya andando y hablando, tras ser incubados en macro-granjas de bebés sin padres ni embarazos

Que la realidad es capaz de sobreponerse a la ficción es algo que ya hemos tenido ocasión de comprobar a lo largo de la historia. ¿Alguien se podía imaginar, hace 30 años, que íbamos a ser capaces de enviar un vídeo o una foto de Madrid a Nueva Zelanda en cuestión de segundos a través de las ondas? Parece brujería, pero no lo es. El mundo es energía y probablemente no estemos ni al comienzo de lo que somos capaces de hacer. En Matrix y en El Mundo Feliz, por ejemplo, los humanos no eran engendrados sino que salían ya hechos unos hombres de los criaderos de seres vivos creados al efecto y controlados por la Inteligencia Artificial. Lo que nos cuenta el proyecto EctoLife es algo parecido a eso. Ya no harán falta ni espermatozoides ni óvulos porque los bebés (con la edad de gestación que se quiera) aflorarán en macro-granjas que producirán 30 o 40 mil alumbramientos de humanoides al año. Los padres no lo serán más que en apariencia legal, porque los niños no les pertenecerán por herencia genética. O sea que al final va a tener razón aquella ministra de Sánchez, Isabel Celaá se llamaba, que aseguró que los niños no son de los padres, sino del Estado. Y así sería, en efecto. Vas al criadero y pides el niño según tu conveniencia, te asignan un útero artificial y sigues desde casa la evolución del gestante, cultivado a partir de embrioides de células madres. Luego te dirán “este es tu hijo”, pero con tales o cuales condiciones legales. No entramos aquí en el debate ético, que es fundamental, sino en la mera descripción de lo que se avecina, parece que no demasiado tarde. Lógicamente, en las granjas de bebés se podrá conseguir que los niños nazcan ya con cualidades transhumanas, o sea, cual ciborgs conectados a la IA que se van a parecer muy poco, salvo en el aspecto, a lo que somos hoy nosotros. O incluso engendrarán animoides, es decir, animales cultivados con células humanas o embrioides. Estarán por debajo de la escala de los humanos, y más abajo aún de los transhumanos y de los robots, que acabarán controlando el mundo.

Dirán algunos que exageramos, pues lo que se ha descubierto ahora es que apenas se pueden crear embriones humanos sintéticos a partir de células madres. Es verdad, pero esa ha sido una confesión de los ingleses. Y en materia de fecundación sintética no sólo investigan los ingleses, sino que también lo hacen los americanos, los chinos, los japoneses y los israelíes. Parece que los japos tienen avanzada la técnica de insertar células humanas en animales, mientras que los chinos son vanguardia en el ámbito de los úteros artificiales. Y los gringos y los judíos en todo al mismo tiempo. No nos vamos a enterar de nada hasta que nos lo quieran dar a conocer. Pero los de EctoLife ya lo avanzan: habrá granjas de bebés. Nos lo dirán cuando les parezca. Y a callar.