Tribuna

El falso dilema frente al 5% del PIB

¿Por qué antes era el 2% y ahora es el 5%? Pues seguramente por dos factores: uno la posible amenaza de Rusia a Europa y otro para equilibrar las contribuciones de capacidades

Hay un error, podríamos decir histórico, propio de la izquierda, que radica en enfrentar bienes públicos esenciales para cualquier nación democrática como justificación para lograr otros fines. La educación, la seguridad social, la seguridad (interior y exterior) y la defensa son considerados bienes públicos esenciales no solo por los estados sino por Naciones Unidas, que los considera globales. No existen dilemas entre los bienes públicos esenciales, el gobierno debe proveer a cada uno en la medida que se precise y si se trata de la seguridad internacional con mayor razón. Sin seguridad no hay progreso.

Por ello los falsos dilemas que resurgen enfrentando unos con otros, siempre la seguridad y defensa entre ellos, y que algunos gobernantes utilizan con poca prudencia, pretenden fines diferentes al bien común.

Dicho eso, no se puede expresar en público, seriamente, que hay que realizar recortes sociales para utilizar mas recursos en seguridad y defensa. Cualquier empresa independiente de auditoría, no todas lo son si vemos actuaciones en el pasado, indicaría que el Estado español, como organización administrativa que es, está hiperdesarrollada destacando duplicidades, redundancias negativas, ineficiencias, sobre regulación, gastos superfluos y clientelares o incluso ideológicos de ayuda exterior sin sentido alguno ni control, solo hay que hojear el Boletín Oficial de Estado para comprobar todo lo anterior.

En consecuencia, si esa auditoría indicase que habría que «adelgazar» el Estado y sanear el uso del dinero público de los contribuyentes, eliminando «grasa» inoperable, los bienes públicos esenciales tendrían la financiación que requieren sin falsos dilemas. Tradicionalmente, los falsos dilemas pretenden engañar a contribuyentes mal informados o atraer a potenciales votantes con argucias mas que realidades.

Si cualquier español con sentido común estaría de acuerdo en que hay que adelgazar el enorme Estado español para reducir el disparatado gasto público y sanear y hacer mas eficiente el uso del dinero de los contribuyentes, me pregunto por qué no lo exigen y aceptan con resignación el «statu quo» sin presionar a los partidos políticos correspondientes.

Dicho esto y habiendo desmontado, al menos intentado, el falso dilema conocido popularmente como «cañones o mantequilla», vayamos a los compromisos internacionales en cuanto a la seguridad internacional.

Uno de los aspectos que más se valora en las organizaciones internacionales es el compromiso con los fines y medios de la organización, la seguridad compartida y la solidaridad, es decir la inseguridad de uno es la de todos y todos deben coadyuvar.

La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) representa la estructura política y la militar de la Alianza Atlántica. El nivel superior de la OTAN es el Consejo Atlántico, órgano político que se reúne en diferentes formatos, que cuenta con un órgano civil de asesoramiento y apoyo. El Comité Militar es el primer comité de la OTAN, subordinado al Consejo Atlántico, y de él dependen la Estructura Militar Integrada con la Estructura de Mandos y unas pocas Fuerzas de la OTAN.

La Estructura de Fuerzas y sus capacidades militares pertenecen a las naciones, no a la OTAN, que intenta coordinar los objetivos de capacidades militares conjuntas. Por ello, al no disponer la OTAN de fuerzas, la inversión en las mismas y en sus capacidades es responsabilidad de las naciones. Sin embargo, la OTAN coordina en general esa inversión mediante una referencia relacionada con la economía de cada nación, es decir el PIB. Cada país contribuye de acuerdo con su riqueza.

Se podría argumentar que se hace al revés, ya que en el proceso de adquisición de capacidades militares se empieza por los objetivos de fuerza, luego se establecen los planes para alcanzarlos, los programas de desarrollo y finalmente el presupuesto necesario que, finalmente, se puede materializar en % del PIB.

Si el proceso lógico es ese, ¿por qué se empieza por acordar el % PIB? Pues porque es más sencillo alcanzar un acuerdo sobre el «marco» para luego hacer el proceso que ponerse de acuerdo sobre los planes de fuerza y las capacidades militares.

Finalmente, ¿por qué antes era el 2% y ahora es el 5%? Pues seguramente por dos factores: uno la posible amenaza de Rusia a Europa y otro para equilibrar las contribuciones de capacidades. No es admisible que una nación disponga de las esenciales para cualquier operación, con el elevado gasto derivado, y las demás no sean capaces de operar sin ellas. Hasta ahora EE.UU no ha hecho un problema de esto, pero ha cambiado de postura.