
A pesar del...
García-Pita Pemán, abogado
El lector disfrutará con su recorrido vital y profesional, con sus testimonios sobre la España de nuestro tiempo, con sus sabias y originales observaciones
El libro «El abogado. Memorias de Daniel García-Pita Pemán», que publica Almuzara, recorre la España contemporánea a través de la sociedad, la abogacía, la empresa y la política. La aguda brillantez del protagonista logra que el retrato resulte a la vez perceptivo, profundo, sugerente y sumamente divertido.
El libro tiene cuatro partes. Los primeros años de García-Pita transcurren en lo que llama «Una España gris», que no resulta nada gris al ser relatada a través de historias de su infancia en Galicia y Andalucía. Estudia Derecho en la Complutense con grandes profesores.
Del Derecho va la segunda parte: «De profesión, abogado». Allí hace su entrada un personaje notable: Antonio Garrigues Walker. Estamos a mediados de los años 1970 y el estudio de Garrigues era un despacho con 14 abogados, que eran bastantes para los estándares de la época. Estaba en la madrileña calle de Antonio Maura, 16, un lugar que, por cierto, conocí entonces porque un amigo mío de la infancia, Hugo Bunge Guerrico, había hecho prácticas allí un tiempo antes.
Antonio Garrigues, con García-Pita, Carlos Loring y pocos más, lideró una extraordinaria transformación de ese despacho en la gran multinacional jurídica moderna que ha llegado a ser.
La tercera parte habla de negocios, y en concreto de los consejos de administración en los que el protagonista ha trabajado. Tiene mucho interés porque no es un mundo que se conozca demasiado bien, y García-Pita cuenta con una rica experiencia.
Por fin, la cuarta parte se titula «Político amateur», y resulta tan ilustrativa como extraña, porque se refiere a los primeros años de nuestra democracia, cuando tal cosa como políticos no profesionales prácticamente no existía.
Este libro despliega una sana combinación de modestia, sabiduría y sentido del humor. Cuando uno escribe sobre sí mismo, la tentación de emperifollarse puede ser irresistible. No en este caso. Daniel García-Pita Pemán se autorretrata prescindiendo de exornados paramentos. El lector disfrutará con su recorrido vital y profesional, con sus testimonios sobre la España de nuestro tiempo, con sus sabias y originales observaciones. Me ha gustado, como autor de ensayos académicos, su desarbolamiento de las notas al pie de página. Y, como viejo que soy, me arrebató esta frase genial y definitiva: «La vanidad es un gran pecado, aunque a mi edad sea el único que se puede cometer con ciertas garantías de éxito».
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