V de Viernes

La guerra de las máquinas

Los drones son responsables en Ucrania del grueso de las bajas en el frente, creando el pánico de los combatientes humanos

La primera guerra reciente que ganaron las máquinas fue la del Nagorno Karabaj, cuando Azerbaiyán derrotó a las defensas armenias en apenas mes y medio con el uso masivo de drones indetectables por los radares gracias a su escaso peso, tamaño y velocidad. Las fuerzas militares de numerosos países tomaron desde entonces nota de un conflicto en el que los aparatos no tripulados lograron el dominio del aire y cegaron en tiempo récord a las baterías antiaéreas. Una evidencia de la prevalencia de una tecnología que ahora se usa masivamente en Ucrania. En el amplio frente de las regiones orientales del país, cada día son más los “gamer” y menos los soldados. Los “gamer” son en su mayoría adolescentes versados en el manejo de videojuegos, capaces de mantener en vuelo a los miles de drones que vuelan sobre el frente, tanto desde un lado como del otro. Drones kamikazes, espía, lanzagranadas, cegadores o los navegadores que transmiten señales de GPS guiando a los demás. Máquinas capaces de traer de cabeza al enemigo, amén de golpearle sin piedad. Los rusos inventaron los drones con cable capaces de viajes largos guiados por hilos, para superar la guerra electrónica. Las antenas inhibidoras que montan los blindados no sirven de nada contra ellos.

Los drones son responsables en esta guerra del grueso de las bajas en el frente, en los dos ejércitos, creando el pánico de los combatientes humanos, que huyen despavoridos cuando los ven venir, siendo muchas veces casi imposible escapar. Ucrania organizó el pasado año un ataque masivo con drones que trajo de cabeza a los rusos. Maquinas espía descubrieron las posiciones enemigas, y voladores bombarderos dispararon desde el aire, mientras perros-robots armados con ametralladoras, lanzallamas y explosivos avanzaban por tierra contra las tropas de Moscú, que se vieron obligadas a huir. Pero Rusia tampoco ceja con estos autómatas. Cada día usa varios cientos de Shaheed de origen iraní contra infraestructuras estratégicas. A partir del Shaheed136, los de Putin desarrollaron el Geran-2, máquina que carga munición merodeadora y funciona como misil de crucero económico.

Human Rights asegura que China, Rusia, Estados Unidos, Gran Bretaña, Israel y Corea del Norte avanzan en el empleo de autómatas, drones, perros robotizados y máquinas de inteligencia artificial en escenarios de combate. Un soldado robot es mucho más letal que un ser humano. Por sí sólo, podría acabar con un ejército al completo, caso de estar la máquina bien desarrollada. Salvo que enfrente tenga otro soldado robot o un enjambre de robots, máquinas, perros autómatas o drones. El principal argumento en favor de las máquinas autónomas es que son tan buenas matando que fallarán menos y reducirán los efectos colaterales. La realidad en Ucrania es que, aunque en efecto son necesarios menos hombres en el frente, los daños colaterales son terribles, dejando decenas de lisiados y muertos.