Sin Perdón

¿Israel no tiene quién le defienda?

«Es posible una paz justa, pero pasa por la desaparición de Hamás y que los palestinos vivan en democracia»

Hamás es una organización terrorista que odia a Israel y querría su destrucción. Es su objetivo explícito e ideológico que establece su documento fundacional de 1988. Las declaraciones de sus dirigentes se han mantenido firmes en la idea de que el territorio palestino es suyo y que su determinación es eliminar a Israel. Es lo que se denomina «Palestina del río al mar». Hay que recordar que controla Gaza y que los terroristas están mezclados con la población civil, que sirven como escudos humanos en su estrategia. Hamás cuenta con el apoyo de Irán y Rusia. Es cierto que Putin no suministra armamento, pero no la considera una organización terrorista y sus delegaciones han acudido a Moscú con representación oficial. Ha intentado la liberación de los rehenes, pero le ha sido muy útil que el foco de la atención internacional se haya desplazado de Ucrania a Gaza. Israel ha demostrado su capacidad militar, pero ha perdido la guerra mediática, una vez más, ya que Hamás ha conseguido, con ayuda de políticos, periodistas, intelectuales y artistas, que se hable de genocidio contra el pueblo palestino. Y el grupo terrorista ni quiere la paz ni suelta a los rehenes. Con ello, Israel, que sufrió un brutal ataque, se ha convertido en el agresor, aunque la campaña política, institucional y mediática se concentra, para no ser acusados de antisemitismo, en Netanyahu. Las informaciones sobre la hambruna y las víctimas civiles sirven para hacer más profunda la brecha y justificar el reconocimiento del estado palestino, las condenas a Israel y las peticiones de sanciones. En el caso de tener éxito, el resultado sería el triunfo de Hamás que podría imponer un régimen yihadista controlado por Irán. Por supuesto, el conflicto no terminaría, porque cabe recordar que el fin de este grupo terrorista es destruir Israel. El pueblo hebreo lleva milenios sufriendo un genocidio. Desde Roma hasta nuestros días, ha existido un terrible antisemitismo sustentado en mentiras atroces. Millones de judíos han sido asesinados. Con la constitución del Estado de Israel parecía que había una solución justa, pero los árabes no la aceptaron y comenzaron una guerra que perdieron. Desde entonces, ha sido siempre el agredido. Es posible una paz justa, pero pasa por la desaparición de Hamás y que los palestinos vivan en democracia.

Francisco Marhuenda.De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)