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Sin Perdón

El lío de la guerra de Trump

«Sánchez se hace el mejor amigo de cualquier dictador que esté dispuesto a recibirle»

Hay que reconocer que el presidente de los Estados Unidos no deja indiferente a nadie, aunque no dice mucho en su favor. Nunca he escondido que no me gustaba ni Biden, que ha sido uno de los peores presidentes de la Historia, ni Kamala Harris, que fue una vicepresidenta inexistente y una candidata inconsistente. Su derrota era evidente, aunque algunos no quisieron verlo. La alternativa de Trump parecía mejor que la continuidad de los demócratas, que tienen buena prensa a pesar de su ineficacia y sus errores en política interior e internacional. Con ellos hubiera seguido aumentando el déficit presupuestario, el despilfarro en la administración y la deuda pública. Su nivel de incompetencia es similar al que muestra el Gobierno de Sánchez, aunque con buenas palabras y apoyado por la propaganda. Los primeros días de Trump superan cualquier expectativa. Era previsible que actuara como un elefante en una cacharrería, algo que va con su carácter, pero en esta ocasión es una manada desbocada. No solo es lenguaraz y faltón, sino que ha conseguido convencernos de que es poco fiable y actúa impulsivamente.

El objetivo que persigue es razonable, pero la estrategia que aplica no tiene ningún sentido o por lo menos soy incapaz de entenderla. Es un auténtico lío. A estas alturas la incertidumbre es absoluta. Hay que separar lo que afecta a la política interior que es coherente con lo que lleva diciendo desde hace años, ya que quiere desmontar el pensamiento único de los pijos progres demócratas. Los multimillonarios que mueven los hilos en este partido quieren imponer un conjunto de chorradas que gustan mucho a la izquierda política y mediática de nuestro país, así como a la derecha más acomplejada que anda por la vida pidiendo perdón por existir. A sus dirigentes les preocupa que les llamen ultras, fachas o franquistas mientras Sánchez pacta con los comunistas, los antisistema, los independentistas y los antiguos dirigentes del aparato político y militar de ETA. Meloni, Milei, Trump y otros son muy malos, pero se hace el mejor amigo de cualquier dictador que esté dispuesto a recibirle. No hay duda de que Xi Jinping es mejor que Trump para la izquierda política y mediática española. No me sorprende, porque también les gustaban Castro, Chávez o Kirchner.

Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)