Opinión

Mal Jenny, mal

El paternalismo es la peor rémora del peor machismo.

Este asunto que tan mal nos sitúa a las mujeres, apesta a “Brujas de Salem”, la obra de Arthur Miller que recrea los juicios donde fueron condenadas a muerte 19 personas en el marco de un puritanismo extremo donde las chicas sufrían alucinaciones histéricas por el fanatismo religioso y por su deseo de agradar a los que gobernaban sin control.

Un circo, campeona, por ti, por tus compañeras, por los manipuladores implacables y por la inquisición de esta España zopenca y emocional que coge la piedra y lapida en plaza, sin discernimiento ni compasión, sin saberse un individuo. ¡A cuatro patas!

Mientras rebuznan, nuestra marca-país, triste noticia en todo el globo. Me pregunto si duermes cuando cierras la puerta de tu habitación, apagas la luz y la sesión de instagram, con decenas de stories nacionales e internacionales de apoyo a una pobre mujer agredida sexualmente, esos que reposteas orgullosa ¿de qué? Y sin parar:

_¡Todos contigo, Jenny! ¡El nuevo Me too!…

Un momento: Esa mujer, ¿esa víctima que promueve manifestaciones y condolencias eres tú? ¿La que levantó en volandas a Rubiales? ¿La que exhibía la foto Casillas -Carbonero y el tatoo: “No hay verano sin beso”?

En efecto Jenny, eres tú, el pasto donde el gobierno estabula y alimenta a su ganado.

Les diré que el nuevo video del influencer político, Alvise, no ha cambiado mi opinión, como tampoco cambiará la de la borregada fundamentalista. Lo más interesante del video que pone en bochornosa evidencia a Jenny y al resto de las jugadoras de la selección _que gritan “Besooo, bessso”, hasta avergonzar al animal de Rubiales_ es cómo lo ha obtenido. Y promete más…

¿Alvise, quién es tu contacto en el avión? ¿una de las chicas que no está de acuerdo con el linchamiento y la falsa denuncia? ¿Uno de los técnicos? ¿Un azafato? ¡Qué fantasía! Bravo por ti!.

Yo, como saben mis lectores y los que siguen mi cuenta de Instagram, no he cambiado de opinión desde que vi el primer capítulo de esta serie distópico-costumbrista dirigida por Charlie Brooker.

¡Qué barbaridad! Dicen algunos, con la inflación por las nubes, los violadores excarcelados por la Ley Montero reincidiendo, Armengol ocupando oronda su trono en la corte y Sanchez con el cuchillo pastelero repartiendo el país en porciones antes de rechupetearlo y eructar ¿Cómo podéis hablar de Rubiales?

En efecto, aquí Rubiales no importa, ni tampoco su presunto historial delictivo, si existe, en todo caso que lo investigue un juez; aquí no importa si Rubiales se toca o se deja de tocar los huevos en un palco ¡no estamos hablando de mal gusto! ¡Ni de Rubiales!

Aquí lo tremebundo, lo que abre las carnes, además del espectáculo de la España menor de edad mental, de la España manipulada y soberbia a partes iguales, es el atentado a los pilares que sostienen nuestra civilización por parte del totalitarismo hembrista y sus aliades. Eso y el asalto a la soberanía del juicio de las mujeres. El paternalismo es la peor rémora del peor machismo.

Jenny, sister, siento lo que te ha ocurrido, comprendo que es una mierda ganar el mundial y ver opacado el gran momento de tu vida por un asunto tan turbio y tan feo, y no hablo del beso, ni del intercambio de abrazos y achuchones naturales y emotivos que te das con el “Presi” o el “Rubi”, como le llamas tú y tus compañeras en los videos, no. Siento, de corazón, el salvaje arrollamiento que has recibido por parte de los beneficiarios del “Piquito”. Los políticos que capitalizan este disparate, los que te han victimizado artificialmente (otra forma de “Borrado de las mujeres” por cierto), los que te han infantilizado social e intelectualmente hasta el extremo.

Lo que te ha ocurrido, campeona, no es justo, pero tenías en tu mano zanjarlo con una sencilla declaración insistiendo en la línea inicial (la tuya) y desmontar a esta caterva de extremistas y estafadores maquiavélicos: Irene Montero, blanqueando su marca caducada y reflotando a tus expensas el Sólo sí…Yolanda Díaz, saltándose a la torera la Presunción de inocencia, pisoteando los principios elementales del derecho y la democracia, Echenique, llamando “Rubiales” a los jueces…

Mal Jenny, mal. Yo en tu lugar como hará el calvo, los denunciaría a todos en los juzgados, no en Stories, porque la verdadera agresión, increíblemente lesiva para ti, por sus consecuencias presentes y futuras, es la instrumentalización torticera, descarada y groserísima que están realizando en tu nombre, con tu imagen.

Esta semana hemos sentido embarazo, Jenny, pero no el del patán de Rubiales y sus salidas de tono, no. Embarazo y repulsa por el género humano, empezando por las mujeres y desde el feminismo, que desvirtuáis hasta convertirlo en ridículo y loco.

Vergüenza por la obscenidad ¿o es obtusez? ¿o ganancia secundaria? de compañeros profesionales y medios que se han dejado quebrantar, como tú, por las consignas falsificadas del régimen. Bochorno por las víctimas reales y por todas las personas que verdaderamente son violentadas en el mundo. Y por los pocos románticos que luchamos por la libertad, la igualdad y la razón, campeona.