Opinión

Mentiras modernas sobre la masculinidad

La "tóxica masculinidad" es el cliché que más pita actualmente y la mentira que más compran las personas superficiales o desinformadas…

    Muchos piensan que “ser hombre”, hasta ahora, representa un error estructural, un accidente ¿cultural? y que los machos de la especie humana necesitan deconstruirse en cursillos impartidos por (neuróticos u oportunistas) expertos aliades para aprender a ser como nosotras, que somos geniales. Y que, al ganar en expresión sentimental, esa que ahora contienen, habrá menos suicidios y menos violencia…

    La "tóxica masculinidad" es el cliché que más pita actualmente y la mentira que más compran las personas superficiales o desinformadas…

    Es verdad que todo, hasta la bondad, en un grado exagerado es tóxico, peligroso e incómodo y es normal que los hombres de hoy reflexionen sobre su papel en una sociedad en la que el rol de la mujer ha evolucionado tanto. Sin embargo, la ideologización ha pasado de intentar convertir a las mujeres en hombres a pretender que los hombres de transformen en mujeres. Algo que no conviene a ninguno de las dos partes porque masculinidad está llena de virtudes imprescindibles para la sociedad.

    En efecto, la testosterona no solo está pasada de moda, sino que biológicamente está en decadencia. Diversos estudios aseguran que los hombres del siglo XXI tienen menor cantidad de dicha hormona que sus predecesores. Los científicos apuntan a factores como la vida sedentaria…Sin embargo y pese al constante mantra de algunos sectores, la conexión entre testosterona y violencia no ha sido determinada y su disminución no hará sociedades más pacíficas y conciliadoras.

    Las consecuencias de dicha reducción hormonal son indeseables. ¿Sabían que la testosterona previene la depresión y que sus niveles bajos están directamente relacionados con esta enfermedad que cada vez afecta a más hombres?

    Y luego, que, en todo el globo, una mujer sensata, sana y bien constituida, no desea un hombre feminizado, ni en la cama, ni fuera de ella, porque todas preferimos un hombre con liderazgo, más fuerte, más grande y si es posible más inteligente. Y no es capricho, ni cultura patriarcal, ni mucho menos machismo, es biología.

    ¿Y qué hay de la feminidad tóxica? ¿Somos seres celestiales las mujeres? Lo cierto es que nos hemos autocalificado como el primer grupo oprimido de la nutrida comunidad de las víctimas contemporáneas, y a razón de ese honroso título todo lo que sale de nuestra boca parece justo, como todo lo que sale de nuestras manos es necesariamente bueno.

    ¿Recuerdan la película de Barbie? Ya saben, ese espanto prescindible desde toda perspectiva, la estética, la ética y sobre todo, la lúdica, donde se recrea un mundo acomplejado donde “los malos de la película” son los hombres, como colectivo, en el marco de un pretendido feminismo, banal y anticuado… Las mujeres, en cambio, somos una especie superior pacífica y feliz, con alta capacidad de análisis y organización.

    Un producto androfóbico de nuestra era como lo es Jenny Hermoso, o los que afirman que los hombres son intrínsicamente tóxicos, según cuyas teorías la mayoría de los hombres enfrentarían una lucha interna constante para no matarnos o violarnos...¡Ay! Una idea tan discriminatoria como la de aquellos que piensan que todas las mujeres somos estúpidas y que estamos naturalmente mejor dotadas para el manejo de la fregona.

    Pd. Por supuesto, esta no es una columna negacionista de los desmanes de algunos de los hombres. Y pronto escribiré una paralela sobre las mentiras modernas en torno a las mujeres y la feminidad.