Al portador
El mismo cambio de cromos de siempre, pero más aburrido
Los Reyes Magos parece que le han traído a Sánchez el amago de Junts, es decir, de Puigdemont y compañía, de votar en contra de su decreto «ómnibus»
Sebastian Haffner (1907-1999), cuyo verdadero nombre era Raimund Pretzel –lo cambió para evitar represalias nazis a su familia–, fue un historiador y escritor alemán, autor de una de las biografías más agudas de Winston Churchill (1874-1965), en la que afirma que lo último que se le escuchó decir antes de morir al hombre que paró los pies a Hitler (1889-1945) fue «es todo tan aburrido». En la prolífica obra de Haffner también figura su «Historia de un alemán», en la que describe, desde la perspectiva de un adolescente, los días de la hiperinflación alemana de 1921-1923, que elevó el coste nominal de todo dos millones de veces. Los alemanes todavía no lo han olvidado y por eso, un siglo después, insisten en la ortodoxia monetaria, y el 5,9% de inflación media –3,8% interanual– de 2023 les parece una barbaridad y también la subida hasta el 2,9% en la eurozona –3,1% en España–, lo que aleja las deseadas bajadas de tipos de interés. El gobierno español, por cierto, ya no puede presumir de uno de los IPC más bajos de Europa y todo indica que la situación se complicará algo más en el recién llegado 2024.
Los Reyes Magos parece que le han traído a Sánchez el amago de Junts, es decir, de Puigdemont y compañía, de votar en contra de su decreto «ómnibus», ese cajón de sastre con el que quería iniciar la legislatura. El regalito de los «indepes» herederos de Pujol llega al mismo tiempo de que los de ERC, Rufián, Aragonès y Junqueras, repitan una vez más –¿y van?– que los Presupuestos de 2024 dependen también de ellos. Es la advertencia permanente, a la que Salvador Illa, el líder de los socialistas catalanes del PSC, responde con un «no habrá cambio de cromos» que, por supuesto, nadie se cree. La política catalana, calcada de la que describió Josep Pla (1897-1981) en sus crónicas de «La segunda República Española», es la historia interminable de un cambio de cromos y, por supuesto, mucho más aburrida que la novela del mismo título de Michael Ende (1929-1995). El gran cromo, el más deseado, el de la amnistía, ya lo cambió Sánchez por la investidura, aunque tiene pendiente entregarlo y en Junts no se fían del inquilino de La Moncloa. ERC, claro, ya en precampaña electoral catalana, no puede quedarse atrás ni que parezca que es menos y pedirá lo que no está en lo escritos para apoyar unos Presupuestos imprescindibles para Sánchez. Es decir, otro cambio de cromos. No será el último. Lo mismo de siempre, y «todo tan aburrido», hasta que alguien diga «¡ya basta!» como, ante las atrocidades de Hitler, también escribió Haffner.
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