El trípode del domingo
Un Misterio que excede a la razón humana
La oración del Ángel que se les apareció en 1916 a los tres pastorinhos para prepararles a la visita de la Virgen enseñándoles a rezar, lo hizo con la oración dedicada a la Trinidad Santísima
Hoy es fiesta solemne en el calendario litúrgico de la Iglesia: la Santísima Trinidad, un gran y muy importante Misterio de la Fe católica. Una verdad «divinamente revelada» y que, por tanto, debe ser aceptada como un Dogma que no puede explicar la mera razón humana. Este Misterio define la esencia de la naturaleza de Dios: «un solo Dios y tres Personas Divinas», Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo: tres Personas Divinas, pero un solo Dios. Intentar comprenderlo en su plenitud excede las posibilidades humanas. El mismo San Agustín narrará la experiencia mística que tuvo cuando intentaba comprender ese Misterio y le llamó la atención un niño que en la orilla del mar pretendía vaciarlo con un cubo de juguete. Al hacerle ver que era imposible conseguir lo que intentaba, el niño se «transformó» y le hizo ver que más difícil era lo que él pretendía: «que cupiera en su cabeza la inmensidad de Dios», presente en ese gran Misterio Trinitario. Que tiene en la Historia de la Iglesia una tradición acompañada de los debates que las herejías provocaban, entre ellos el arrianismo, que negaba la divinidad de Jesucristo, reconociendo en él a «un gran hombre», pero negando su naturaleza divina. Debate que quedó definidamente cerrado en el Concilio de Éfeso del año 431, que definió el primer Dogma mariano: la Maternidad Divina de María. Es decir, ella es la Madre de Jesucristo, la segunda Persona de la Santísima Trinidad, y Él, en la «unidad hipostática» de su Persona, tiene dos naturalezas, la Humana, –es verdadero Hombre–, y la Divina, y es verdadero Dios. Por tanto, María es la Madre de Dios. También es significativo que una aparición tan importante para la humanidad como la de Fátima tenga una singular dimensión Trinitaria, que la propia hermana Lucía reconocerá representada en el número 13, tan vinculado a esa mariofanía. Y que ella escribió que la Virgen quiso aparecérseles los días 13 de cada mes entre mayo y octubre de 1917, porque esa cifra representa la unidad (el 1) junto a la Trinidad (el 3), es decir, la Santísima Trinidad. Y que en la importante revelación de Tuy del 13 de junio de 1929 tuvo la visión de Ella, escribiendo que «se le había dado luz para penetrar en ese gran Misterio», pero que «no estaba autorizada a explicarlo». Asimismo, el nuevo Templo de Fátima tiene por advocación la Santísima Trinidad. Y la oración del Ángel que se les apareció en 1916 a los tres pastorinhos para prepararles a la visita de la Virgen enseñándoles a rezar, lo hizo con la oración dedicada a la Trinidad Santísima.